♡ : CAPÍTULO XVI

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—¿A qué tienda crees que deberíamos de ir, amor? — preguntó Jennie apoyada sobre el escritorio de Hyunjin, viendo como éste firmaba grandes papeleos sobre su escritorio. — Tenía pensado en ir elegante o en algo brilloso tal vez. Es la boda de Felixie así que no debería brillar más que él. ¿No crees?

Hyunjin sostuvo un gran gruñido y solo levantó la mirada hacia su esposa.

—Creo que realmente no importa cómo vayas, solo que vayas. — Hyunjin mordió su pluma y tomó una de las manos de Jennie. — Podrías por favor traerme un café, me duele un poco la cabeza. — Jennie asintió y se acomodó el vestido, saliendo de allí, retumbando el sonido de sus tacones.

Hyunjin se apoyó en el respaldo del asiento y pasó ambas manos sobre su rostro.

No entendía por qué era demasiado pegajosa esas últimas semanas. Desde que había entado a trabajar allí se había convertido como en una madre, siempre diciéndole lo que tenía o no que hacer, era demasiado molesta, aún más cuando iba con Jeongin para hablarle y ella se aparecía llamándolo para hacer algo lejos de cualquiera en la empresa.

Estaba paranoica.

Suficiente había sido con el anillo que compartía con Jeongin. Cuando había llegado a casa olvidó en quitárselo, cosa que le costó horas de preguntas de parte de Jennie, tantas que estaba harto. ¿Es un nuevo anillo de pareja por nuestro aniversario? Le había preguntado, cuando realmente su aniversario había sido meses atrás. También cuando se lo había quitado para bañarse, la había encontrado mirando cada rincón del anillo en busca de algún escrito o marca que le indicara que era algo más que un simple anillo sin sentido, como Hyunjin lo había descrito.

Pero no lo era, por la mierda que no. Estaba tan furioso, quería mostrarle el anillo a Jennie muy bien, que lo viera ponérselo y decirle que estaba en un tipo de compromiso con alguien, un compromiso que decía que iba a divorciarse de ella y estar con la persona que verdaderamente ama. Pero no, tenía que decirle que no tenía significado alguno, que no era especial.

—Solo es un accesorio más. — le había dicho. Se había sentido tan mal consigo mismo, por decir aquello tan cruel. Demasiado cruel, tanto que parecía que Jeongin lo había visto y escuchado soltar aquellas mentirosas palabras.

Lo parecía ya que al día siguiente ni siquiera lo había saludado, no lo había volteado a ver más que cuando Hyunjin le dirigió la palabra como pretexto, ordenándole que llevara a su oficina unos papeles firmados, los cuales realmente le tocaban a Sakura llevar.

Quizá estaba cansado, se sentía mal o no tenía ganas de hablar. Eso pensaba Hyunjin, y rezaba porque eso fuera. Pero después de aquel día de nuevo no lo habló, ni ese ni el siguiente. Entonces estaba allí, viendo su celular, notando como Jeongin le había contestado cortante aquellos dos días pasados, como ni siquiera le deseaba las buenas noche y solo se iba a dormir respondiendo con un "Lo siento me quedé dormido" al día siguiente, cuando en verdad se había desconectado una hora después de ignorar su mensaje.

O quizá estaba llegando a su límite, Jeongin estaba cansado, lo veía siempre en sus ojos, sus ojos diciéndole que lo ayudara y que acabara con su dolor, cuando le lloraba en las noches por llamadas o le decía que lo extrañaba.

—¿Podrías traerme una copia del contrato de los Wang a mi oficina? — preguntó Hyunjin con el teléfono en su mejilla. Escuchó claramente como Sakura masticaba un chicle, haciendo ruidos molestos a través de la línea.

—Lo siento pero no puedo, estaba a punto de ir con Kim Seungmin a la reunión que hay en cinco minutos, mejor podría ir usted o puedo mandar a alguien más. — Hyunjin gruñó y se sobó la sien.

Bonsoir Monseur ❁ HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora