34

820 85 23
                                    

Holaaa, feliz año!
Muchas gracias por todo el apoyo que le han dado a "Asmodeo" ♡

También quería avisarle a las personitas que capaz no sabían que está historia en algún momento de este mes (si todo sale según lo planeado) llegará a su fin

...

Las mañanas en la casa de Tobias eran como un suave despertar al abrazo acogedor de una familia que, aunque no era la mía, me acogía con amor y calidez. El sol se filtraba a través de las cortinas, iluminando la cocina donde el aroma del café recién preparado flotaba en el aire. Boel, la esposa de Tobias, movía con destreza los utensilios mientras preparábamos el desayuno juntas. Los gemelos Forge, en su energía juvenil, se sumaban a la atmósfera alegre de la casa.

Cada día traía consigo nuevas experiencias compartidas. Boel me invitó a explorar una receta especial, transmitida a través de generaciones, y entre risas y anécdotas, nos sumergimos en la creación culinaria. Los gemelos, con su complicidad y chispa juvenil, compartían conmigo secretos de hermanos y anécdotas que solo ellos comprendían. A través de estas interacciones cotidianas, la casa de Tobias dejó de ser solo un refugio físico; se convirtió en un espacio donde las risas y la complicidad tejían conexiones invisibles entre nosotros.

Las tardes se volvieron momentos de exploración musical. En el estudio de Tobias, rodeado de guitarras y recuerdos de épocas pasadas, nos sumergíamos en la magia de la música. Las cuerdas vibraban al unísono con nuestras emociones, y la música se convertía en un lenguaje que nos permitía expresar lo que las palabras no podían. Tobias, con su experiencia, se convirtió en mi guía en este viaje musical, compartiendo no solo acordes y melodías, sino también la pasión que ardía en su corazón.

En las noches tranquilas, la familia Forge se reunía para cenar. Las conversaciones fluían con naturalidad, entre risas y reflexiones sobre la vida. Aunque estaba lejos de casa, sentía que pertenecía a este rincón especial donde las conexiones humanas se fortalecían con cada gesto amable y cada historia compartida.

A medida que los días pasaban, la música se volvía una constante en mi vida en la casa de Tobias. Juntos explorábamos nuevos horizontes musicales, compartiendo no solo notas sino también experiencias. La guitarra se convertía en un medio para expresar las emociones que aún no podía poner en palabras, una forma de sanar heridas que habían quedado latentes en mi corazón.

Este capítulo en la casa de Tobias se convertía en un poema de esperanza. Cada nota de guitarra, cada risa compartida, cada gesto de aprecio y cuidado, tejían un tapiz que, aunque efímero, dejaba una huella imborrable en mi alma. En este hogar temporal, descubrí que la verdadera curación no solo yacía en el paso del tiempo, sino también en las conexiones humanas que nos sostienen durante el proceso. La familia Forge no solo me ofreció refugio físico; me brindó un espacio donde el amor y la comprensión se entrelazaban en una sinfonía de sanación.

A medida que los días transcurrían en la casa de Tobias, una transformación silenciosa se apoderaba de mí. Las risas compartidas y las experiencias compartidas tejían un tejido emocional que actuaba como bálsamo para las heridas internas. El eco de la guitarra resonaba en las paredes del estudio, no solo como notas musicales, sino como un recordatorio de que la curación podía encontrarse en las expresiones artísticas.

Las noches, que antes estaban envueltas en la incertidumbre y el insomnio, comenzaron a adquirir una tranquilidad reparadora. La suavidad de las sábanas, la calidez de la habitación y la serenidad que envolvía la casa de Tobias se combinaban para crear un ambiente propicio para el sueño. Cerraba los ojos con gratitud, permitiendo que la paz se filtrara en cada rincón de mi ser.

𝙰𝚜𝚖𝚘𝚍𝚎𝚘; 𝚂𝚘𝚍𝚘 𝚐𝚑𝚘𝚞𝚕 (𝙿𝚎𝚛) 𝚇 𝚏𝚎𝚖𝚊𝚕𝚎 𝚛𝚎𝚊𝚍𝚎𝚛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora