¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mónica y yo caminábamos por el gran aeropuerto de Barajas, camino a la terminal que nos indicaron el demás equipo técnico del equipo.
¿Nuestro primer destino? Los Ángeles, una de las tantas ciudades de Estados Unidos a las que siempre quise ir, aunque esté viaje sea más bien por trabajo quizás tenga algún dia o momento para poder conocer al menos una pequeña parte de la ciudad.
Suspiré observando al resto del equipo, que se encontraban reunidos pacientemente esperando a que llegue nuestro vuelo para comenzar a abordar.
Mónica se alejó de mi para ir a saludar a algunas personas del equipo técnico, mientras yo me dirigí hasta Vinicius por detrás para abrazarlo por la espalda, dejando mi maleta a un lado.
El dio un bote sobre su sitio y se giró de golpe a verme, para después devolverme el abrazo de la misma manera.
—¡Mi rubia!—El se agachó, levantándome del suelo por mis piernas, colocándome en su hombro como si fuera un saco de patatas.
—¡Vinicius me vas a tirar!—Me removí tratando de soltarme de su agarre y al no lograrlo, deje un golpe sin demasiada fuerza en su espalda baja, rindiéndome.
El se rió y con cuidado de que no me caiga me acerco al suelo para que pudiera bajarme.
—Te he comprado algo.—Vini caminó hasta su mochila y la abrió, sacando una caja de Oreo de esta y acercadomela.
—Ay las adoro ¡Gracias!—Me acerqué a él de nuevo para abrazarle en agradecimiento.
Después de hablar con mi mejor amigo, caminé de vuelta hasta el grupo, con intención de saludar a todo, comenzando por Luka y Toni, el cual estaba junto a mi padre.
Papá me esperaba con los brazos abiertos esperando a que me acercara a él para abrazarle al momento en el que estuve suficientemente cerca.
—¿Nerviosa Judy?—
—Un poco, pero tengo ganas de llegar ya.—Le sonreí y después giré a ver a Toni, al que también me acerqué a saludar.—¡Toni! ¿Que tal?—El era como un segundo padre para mí, desde que llegué a España y mi padre y el se conocieron ha sido muy atento conmigo.
—Buenos días mini Modrić.—El alemán movió su mano hasta mi cabeza, removiendo mi cabello.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Una vez que estuvimos en el avión corrí a agarrar sitio al lado de Vini, el cual estaba en unos asientos al lado de la ventana, se senté en la silla a su lado que era la que daba al pasillo.
Deje mi mochila debajo del asiento, sacando de ella antes unos auriculares y el paquete de galletas que anteriormente me dio Vini y un paquete de Takis.
—Ten, tú me trajiste Oreos yo te traje Takis, se que te gustan.—
—Ay, gracias rubia.—Paso su brazo por mis hombros mientras agarraba el paquete de Takis, abriéndolo al instante.—¿Algún plan para las próximas trece horas?—
—Ni idea, ver películas, dormir, comer o escuchar música.—
—¿Seguimos viendo la serie que estábamos viendo? Tengo algunos capítulos descargados.—
—Dios si, te adoro vini.—
Habíamos pasado un rato viendo la serie hasta que Vini cayó sobre su asiento, quedando completamente dormido, le había desconectado su auricular y tapado con una manta, quedándome simplemente jugando algún jueguito que tenía en mi teléfono, hasta que giré mi vista observando a Arda, que se encontraba en uno de los asientos de la fila del medio, el de había sentado con Nico, el cual estaba también dormido, Arda estaba viendo algo en la pantalla de su asiento.
Cuando se dio cuenta de que le estaba mirando giro a verme también, conectando sus ojos verdes con los mios. Le sonreí tratando de ocultar mi nerviosismo y estire mi mano hasta el paquete de galletas para acercarse a él después, que seguía con su mirada fija en mi pero sin soltar una palabra.
—¿Quieres?—En ese momento en reaccionó, y me sonrió, agarrando una galleta.
—Gracias.—
—No es nada, agarra las que quieras.—Le volví a sonreír y me quedé viendo cómo el observaba su teléfono, hasta que Brahim apareció al lado de mi, con un juego de cartas en la mano.
—¡Judith! ¿Quieres jugar? Estamos Fede, Cama y Rodrygo, le hemos preguntado a todos ya y nadie quiere jugar con nosotros.—Me mostró un puchero en su cara y me reí levemente mientras apagaba mi teléfono, dejándolo a un lado.
—Esta bien, ve con ellos ahora voy yo.—
—¡Bien! Gracias Judy.—El camino hasta el fondo del pasillo donde se encontraba Eduardo, los cuáles comenzaron a celebrar mientras se iban.
Desconecte mis auriculares y me levanté agarrando el paquete de galletas, acercándome a Arda para dárselo.
—Ten, come tu.—
—No hace falta Judith, son tuyas.—
—Eso da igual, no has comido nada en estas horas, además tengo otro en mi mochila.—El me quedo mirando de nuevo a los ojos, mientras yo estaba seria esperando a que aceptara, no había comido en todas las horas que llevábamos en el avión y seguramente tendría hambre.
—...Está bien, muchas gracias.—
—No es nada, no me agradezcas.—Pase a caminar por donde se había ido anteriormente Brahim.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.