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Último partido, para mí, de la pretemporada, llegamos a Dallas ayer por la mañana, y hoy le hicieron las pruebas a Arda, le han detectado una lesión en el menisco de la rodilla derecha, no lo he visto desde que llegamos a Dallas, pero según Brahim y Jude no esta de muy buen humor.
El partido contra el Barça empezaba en una hora y yo ya estaba preparada, me había puesto la camiseta de Brahim, como le había prometido, aunque no iba a jugar como titular.
Tengo preparada también la maleta, ya que justo después de que termine el partido, Arda y yo tomaremos el vuelo de vuelta a España, había hablado con mi padre para que me consiga un vuelo junto a Arda, finalmente insistió en pagarme un vuelo privado junto a él para que lleguemos bien. Salí de mi habitación.
Caminé hasta la de Arda para ver cómo estaba, una vez ahí toque la puerta, esperando a que abra.
—Dime.—Escuché su voz algo seca al abrir la puerta y levanté mi vista hasta su cara, observando como unas ojeras se estaban comenzando a formar debajo de sus ojos, como si llevara sin dormir algún día, y su cabello estaba mas desordenado de lo normal.—¿Judith?—
—Arda, por dios.—Me acerqué a él agarrando su cara entre mis manos para que me mire.—Te ves fatal, te he dicho mil veces que no te lo guardes para ti, por dios.—Observé como unas lagrimas amenazaba con salir de sus ojitos, por lo cual moví mis manos hasta su cuello, abrazandole.—
—Estoy derrumbado... Física y psicológicamente.—Sentí mi corazón aplastarse en mi interior, no lo puedo ver así, me va a matar.
—Es una lesión Arda, eres joven y tienes futuro en el equipo, sabes que si quieres hablar estoy aquí, si quieres estar con alguien estoy aquí, te voy a estar ayudando todo el tiempo que estés lesionado y todo el tiempo que tú quieras.—Sentí como el suspiro en mi cuello y comenzó a alejarse lentamente.
—Entra, me voy a preparar.—El se giró, entrando por la puerta de su habitación, mientras yo lo seguía, cerrando la puerta después de entrar.—Siento que no soy suficiente para esto, para este equipo, para esta gente... Para ti.—No me digas eso Arda, que lloro.
—Eres suficiente, solo que la vida te está poniendo obstáculos pero los vas a superar fácilmente, ¿Si? y los chicos y yo te queremos en el equipo y con nosotros, no digas que no.—
—Nos conocemos de hace apenas dos semanas Judith, ¿Porque te preocupas tanto por mi?—
—Eres mi amigo Arda, no te puedo dejar tirado tal y como estás, te aprecio y por eso quiero que tengas la confianza de que voy a estar aquí.—El me miró, parecía que iba a comenzar a llorar de nuevo, pero en vez de eso me sonrió.
—Voy a ducharme, ponte algo en la televisión si quieres mientras.—
