Pasaron varios días desde que la pequeña Sasha se escapó y tuvo su encuentro con el muchacho de cabello alborotado. Realmente se había asustando cuando la vio, pensó que se metería en problemas por haber salido sin permiso pero para su sorpresa el chico no la había delatado y nadie le dijo nada en los días subsecuentes.
Como era costumbre, el hombre mayor la visitaba y le contaba cosas que ella no comprendía, historias de la mitología griega, información sobre deidades con poderes sobre naturales, guerreros al servicio de una diosa. Trataba de poner atención pero nada entendía.
El aburrimiento y la monotonía eran difíciles de sobre llevar para cualquier persona de su edad, por lo que pensó en volver a salir a explorar los alrededores pese al incidente de la última vez.
- Me da miedo salir sola pero ya no soporto este encierro, me hace pensar en lo lejos que estoy de casa. Necesito distraerme.
Debido a los meses que llevaba en el santuario no le fue difícil encontrar la forma de salir sin ser vista.
Tomó el único camino que conocía y llegó nuevamente al bosque donde estuvo la última vez. El lugar era apacible y bello, los paisajes hermosos, el sendero lleno de árboles y flores. Se entretuvo observando los vestigios de lo que parecían ser templos antiguos y aunque no podía leer lo que estaba escrito en ellos realmente le parecían interesantes.
Aire cálido...
La pequeña volteó al sentir esa brisa cálida a sus espaldas y de nuevo escuchó pisadas, alguien se acercaba a paso tranquilo por lo que se escondió detrás de unas columnas y esperó.
Ahí estaba, el chico de los cabellos celestes.
- Es él. ¿Qué hace aquí otra vez?...
Cómo había ocurrido la ocasión anterior el joven se detuvo junto a los restos de unos pilares y se recostó en el pasto. La niña lo miraba con curiosidad y se preguntaba qué es lo que hacía en ese lugar por segunda vez.
Pasó un rato y el joven parecía estar profundamente dormido, Sasha lo observaba, esta vez se veía tranquilo.
Un rato después despertó y así como llegó, abandonó el lugar. Sasha esperó unos minutos y decidió que haría lo mismo antes de que alguien notara su ausencia. Regresó a su habitación sin ningún contratiempo.
******
Pasaron más días y las escapadas de la pequeña Sasha se volvieron más frecuentes, tenia dominada la estrategia para salir y volver sin ser vista. Como si de un ritual se tratara, siempre se dirigía a la misma parte del bosque, se escondía y lo esperaba.No faltaba, el chico de los cabellos celestes siempre llegaba a ese mismo lugar.
La mayoría de las veces dormía, otras se sentaba a comer manzanas, lo cual al parecer le hacía muy feliz. Cada que mordía la deliciosa fruta sonreía. Sasha disfrutaba observar lo que hacia.
A veces se le acercaban las aves, ardillas o algún otro animalito del bosque y jugueteaba con ellos alegremente. Era difícil creer que ese muchacho juguetón era el mismo hombre imponente que asistía a las reuniones con el viejo hombre sabio y los demás jóvenes. Todos le daban miedo aunque parecían llevarse bien entre ellos.
Lo raro es que ese joven siempre llegaba solo a ese lugar, de todas las veces que había coincidido con él, ni una sola llegó con alguien.
Ir a ese lugar y mirarlo se había vuelto su pasatiempo. De alguna manera eso la había ayudado a no sentirse tan triste y desesperada. Siempre se veía alegre y de buen humor, aunque a veces solo llegaba a dormir.
Un tiempo después dejó de verlo, pasaron varias semanas y no se presentó en su lugar secreto. Extrañamente eso deprimió a la pequeña niña, se sentía sola y aunque seguía escapándose ya no era lo mismo sin que él llegara.
El único consuelo que tenía eran los animalitos del bosque que también se habían acostumbrado a su presencia, pero no era lo mismo.
Un día, escuchó a las doncellas diciendo que debían apurarse a limpiar el salón del patriarca ya que habría una reunión con los santos de Athena. Decidió que se ocultaría para observar la reunión y tal vez podría ver al chico de los cabellos rebeldes.
Ya tenía un buen escondite desde donde, en otras ocasiones, había podido mirar.
Llegada la hora de la reunión se acomodó en su lugar y los vio llegar uno por uno. Que miedo le daban todos, a excepción del joven Sísifo y un poco menos el chico peli azul.
Y hablando de él, sus ojos se iluminaron cuando lo vio llegar. Era él, había regresado y extrañamente se sentía contenta.
Comenzó la reunión y como siempre hablaron de un montón de cosas que no entendía. Miraba a los jóvenes más atentamente y pudo apreciar la belleza de los ropajes dorados que portaban, cada uno era distinto y único. Ellos eran jóvenes muy distintos entre sí también.
Extrañamente, su problemático amigo había estado muy callado durante toda la reunión. Permanecía con la cabeza agachada y los ojos cerrados, algo que no había visto en él. Siempre se comportaba juguetón y distraído.
- Tal vez están hablando de algo muy importante.
Pensó.La reunión por fin terminó y para su sorpresa el joven peli azul fue el primero en salir ignorando a todos los presentes. Intentaron hablarle pero no le hizo caso a nadie.
- Que raro... bueno, tal vez se quiere ir a dormir al bosque. Trataré de escaparme y puede que lo vea.
Continuará....
Gracias por leer 🌲
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Corazón solitario
RomanceNunca me importó la soledad, sabía que mi vida sería breve aunque quería vivirla al máximo, disfrutar cada segundo de ella sin arrepentimiento. Jamás necesité el amor de nadie, no lo merecía por ser como soy, alguien sin futuro, eso me dijeron pero...