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Habían pasado dos semanas desde el día en el que se vio obligado a darle una felación a Kim y no se había sentido dispuesto psicológica y físicamente a encontrarse con ese hombre de nuevo.

Tenía claro que ese acto era producto de sus propias decisiones. Pero eso no evitaba el hecho de sentirse terrible consigo mismo, ya ni siquiera podía mirarse en el espejo y reconocer lo miserable y lo bajo que había caído. Mientras evaluaba de nuevo sus posibilidades de abandonar esta situación degradante, se daba cuenta de que, realmente, esta era su única posibilidad de obtener información relevante del caso.

Es por ese motivo que ahora se encontraba de nuevo en esa sala de interrogatorio maloliente y de la cual, había comprobado que la cámara de seguridad no servía para absolutamente nada.

— Pensé que no volvería a verte, Jeon.

La presencia oscura de Kim se sintió en el momento en el que entró a la sala, pero trató de no demostrarle eso al otro. No quería que viera el poder que tenía sobre su persona.

— El caso de Yeong es mi mayor prioridad, por supuesto que regresaría — ignoró la sonrisa petulante del criminal —. Teniendo en cuenta que te di lo que me pediste la otra vez... veo justo un intercambio de información.

— Está muy bien que busques tu recompensa, querido.

— Ignoraré ese estúpido e infantil apodo por ahora - Kim soltó una risa seca —, la otra vez dijiste que tienes sospechas con respecto a por qué los miembros de la banda que conocen la identidad del asesino deciden protegerlo...

— Correcto.

— Bueno, ¿cuáles son esas sospechas?

Suspiró cansado. Rogarle a un convicto por información de la que él no disponía era algo humillante, nunca se cansaría de decirlo.

— ¿De verdad no tienes sospechas? Es evidente por qué.

Si fuera tan evidente no te estaría preguntando.

Las posibilidades de que algunos miembros protegieran a otros eran escasas. El mundo de las bandas criminales se mueve por conflictos relacionados a tradiciones, por lo tanto, ver este nivel de protección entre miembros era raro. A no ser que protegieran a alguien de un alto nivel en la jerarquía de la banda que los tenga amenazados o...

— Es familiar de Kyong.

— Ahí lo tienes, correcto. ¿Qué mayor protección que ser familiar del líder de la banda?

Jungkook pensó en lo ciego que había estado todo este tiempo. Y es que tenía sentido que el asesino fuera un familiar del líder de la banda o que por lo menos fuera alguien cercano de alguna manera o importante para él. Veía más posibilidad de que el asesino fuera familiar del líder a pensar que tal vez era alguien perteneciente a un alto nivel jerárquico en la banda, porque en caso de ser así, no dudaría en que Kyong lo vendería a la policía sin duda alguna. Sus motivos para proteger a un imbécil que se metió con un oficial de policía no tendría mucho sentido.

— Pensé que Kyong sería cuidadoso a la hora de implicar a su familia en asuntos de la banda... Tiene imagen de ser alguien que protege mucho su identidad, ni siquiera sabemos si ese es su nombre real.

Kim asintió y se acomodó en una postura relajada en su asiento.

— Lo más probable es que en la banda haya familiares del tipo, no sería raro querer gente confiable en el negocio. Aun así, cuando somos miembros se nos dice de presentarnos con un apodo — Jungkook asintió, esa información la conocieron cuando el asesino reveló en su carta ese dato que hasta el momento desconocían -, lo que deja una tarea difícil reconocer quién puede ser familiar y quién no, incluso más todavía cuando no sabemos el apellido de Kyong o algo relevante con su información privada.

His Prisoner - VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora