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A pesar de la respuesta que Taehyun le había dado a Beomgyu, el se decidió por sólo quedarse con el y no molestar a Yeonjun. Aún así, la curiosidad lo mataba y el seguía pensando en lo que había ocurrido en aquella oficina.

«¿Qué le habrá pasado?»

Pensaba Beom. Le sorprendía lo mucho que estaba descubriendo y tan solo por trabajar con su espía favorito.

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El día pasó y Beomgyu junto a Tae y Jun ya estaban frente a la casa de la señora. Gyu seguía observando a Yeon y prestaba atención a sus gestos y movimientos corporales.

Tyun se había dado cuenta de la tensión que había ya que Yeonjun seguía con ese aspecto serio y desanimado mientras que Beom sólo se quedaba mirándolo con tanta concentración que daba miedo.

—Bueno.. Eh.. —soltó una leve risa incómoda. —¿Por qué no tocamos el timbre y cuando entren yo los espero aquí? —dijo Taehyun de forma incómoda.

Yeon lo miró sin mucha expresión.

—¿No vas a venir? —preguntó algo triste.

Beomgyu seguía prestándole atención a la cara y cuerpo de Jun. Tae sólo se limitó a responder. Realmente quería irse.

—No.. O sea.. Como secretario no sé tanto como ustedes dos, ¿sabes? —Tyun seguía riendo de forma incómoda.

—Sí lo sé. —habló Yeonjun sin siquiera sonreír.

Tyun se quedó mirándolo por unos segundos hasta que se decidió por simplemente tocar el timbre de la casa.

Finalmente luego de esperar un par de segundos, la puerta de la casa había sido abierta.

—¡Buenos días! —dijo la señora con una suave sonrisa.

—Buenos días. —respondieron los tres fríamente excepto por Terry, que mantenía su expresión.

—Pasen, pasen, son completamente bienvenidos. —habló con una gran expresión de felicidad.

Beomgyu y Yeonjun solo asintieron y entraron a la casa. En el momento en el que la mujer estaba cerrando la puerta, Taehyun pudo ver como la sonrisa de la señora desaparecía. Eso le había parecido extraño, pero aún así decidió ignorarlo.

—¡Me alegra mucho que estén aquí! Son libres de buscar lo que ustedes quieran. —dijo la mujer de repente con una gran felicidad.

Yeon sólo asintió y le dió una seña a Beomgyu indicando que lo siguiera. Gyu hizo caso y caminó con el hacia una habitación la cual parecía ser la sala. Allí los dos comenzaron a buscar pistas mientras que la señora seguía observandolos desde la puerta. Beom seguía algo desconfiado, así que le susurró a Jun.

—Oye.. Yeon.. ¿Esa señora no te da mala espina? —preguntó con un poco de miedo.

Yeonjun lo miró por un par de segundos con esa mirada fría.

—¿De qué hablas? Todas las señoras son iguales a ella. —dijo.

—Si, pero es que.. —Beomgyu estaba diciendo hasta que la mujer los interrumpió.

—La última vez.. que vi a mi marido.. fue en aquella habitación. —habló la señora mientras entraba a la sala.

Pues no lo había mencionado antes, pero el papeleo que Jjunie y Beom habían recibido era el de un caso de una señora que pasaba los 60 años, pidiendo ayuda diciendo que su marido había desaparecido.

Yeon la miró al igual que Beomgyu y decidieron ver la habitación de la cual hablaba la mujer. Los dos se aproximaron a esa puerta y con un poco de miedo Jun la abrió y los dos entraron. Sorprendentemente, en el momento en el que se encontraron en el sospechoso lugar ninguno podía ver nada, hasta que escucharon el sonido en el que la mujer volvió a cerrar aquella puerta.

—¿Yeonjun? —habló Beom con algo de miedo hasta que sintió como alguien lo agarraba de las muñecas y le tapaba la boca.

Gyu comenzó a quejarse mientras intentaba separarse de aquella persona que estaba capturandolo. Aún así, no pudo lograr nada ya que el sentimiento que acumulaba cansancio en su cuerpo le quitaba la fuerza que estaba utilizando para evitar que le hagan algo. Su vista se nubló y sus ojos comenzaron a cerrarse hasta que no pudo ver nada.

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Aproximadamente un par de horas después, los ojos de Beomgyu volvieron a abrirse lentamente. Podía sentir como su cuerpo dolía mientras que olía el feo olor del lugar y podía predecir que el piso donde estaba acostado era uno de piedra el cual raspaba su cuerpo. Apenas estaba sentandose cuando vió a Yeonjun acostado cerca de el, aún inconciente. Enseguida se acercó e intentó despertarlo.

—¿Yeonjun? ¿Estás bien? ¡Despierta! —hablaba Beomgyu, intentando no subir tanto el volumen de su voz mientras que lo sacudía suavemente.

Enseguida Yeonjun también se sentó en el lugar y comenzó a gritarle.

—¡Para! ¡Ya estoy despierto!

Beom lo miró enojado esta vez.

—¡No me grites! Es tu culpa que estemos acá. —dijo con una voz molesta.

—¿Mi culpa? —preguntó Jun con un tono sarcástico y enojado.

—¡Sí! Si no estuvieras pensando en algo todo el tiempo te hubieras dado cuenta que la señora no era tan buena como parecía. —expresó Beomgyu.

Yeonjun se le quedó mirando. No sabía que decir.

«¿Otro que sigue el mismo cuento? ¿De verdad soy tan malo en lo que hago?»

Pensó.

Al poco tiempo Gyu se dió cuenta de lo que había dicho y entendió que no era algo con lo que el tuviera que entrometerse.

—Perdón.

Beom aún lo miraba con una expresión triste.

—Ya da igual. No te preocupes. —respondió Jjunie seriamente y mirando hacia otro lado.

—¿Era por eso que me estuviste mirando toda la mañana? ¿Tanto te importó lo que me gritó Tyun ayer? —pausó antes de reirse. —Pensé que era porque te gustaba. —habló con una sonrisa pícara intentando agregar algo de humor.

La cara de Beomie ya no tenía ningún tipo de preocupación. Ahora parecía molesto.

—¡¿De qué mierda estás hablando?! ¡Vas a hacer que vomite en cualquier momento! —gritó.

—Ey.. Ni que estuviera feo. —dijo con esa sonrisa que llevaba desde antes y se quedó mirandolo por unos segundos.

Beom lo miraba confundido, hasta que decidió hablar incómodamente.

—Como sea.. Eso no importa.. ¿Dónde carajos estamos? —preguntó mirando hacia otro lado. Allí se podía ver un par de colchones gastados.

Jun decidió levantarse e intentar abrir la puerta que los encerraba, pero estaba cerrada. Gyu aún lo seguía mirando hasta que notó algo en su cuello.

—Yeonjun.. ¿Qué tenes en tu cuello?

  Jjunie se tocó el cuello confundido hasta que sintió algo que parecía de metal. Al mismo tiempo notó que Beomie también tenía algo.

—Vos también tenes uno. —dijo.

Beom realizó la misma acción que el y pudo sentir que llevaba algo.

Los dos se miraron preocupados mientras que sin saberlo, del otro lado de la ciudad Terry los estaba buscando a ambos con desesperación.

My Favourite Spy - YeongyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora