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Transcurría el mediodía del viernes; la casa ya había terminado de almorzar luego de la ardua prueba semanal del supermercado.
─Piedra, papel o tijera. El que pierde lava los cubiertos ─propuso Martin Ku.
─¿Todos los cubiertos? ─cuestiono Camila boquiabierta.
─Hasta las ollas sucias ─afirmo el asiático.
─Mmm, bueno ─alzo los hombros─ Haces trampa y sos boleta Tincho, ya te conozco a vos.
─Si si si ─resta importancia con un ademán de manos─ Menos bla bla y más juego.
Los jóvenes se pusieron serios y la primer ronda de piedra, papel o tijera se llevó a cabo teniendo como ganador parcial al asiático. La segunda vuelta fue de Camila derrotando a Martin con una piedra sobre tijera.
Su juego se mantuvo parejo en todo momento; cuando uno lograba ganar la partida; rápidamente el otro se lo empataba.
Así hasta llegar al 2-2.
El empate persistió durante cuatro vueltas enteras dónde se la pasaban chicaneandose el uno al otro; pero el cara a cara definitivo era este, ahora se definía todo.
─¿Lista para lavar veintitrés platos, Camilita?
─Segui nomás alardeando ─vocifero Cami en respuesta─ Dale gordo, no tengo todo el día.
«Piedra, papel o...»
─¡Tramposo! ─acuso la correntina─ ¡Cambiaste por qué viste que hice tijera!
─Nada que ver pelotuda ─hizo montoncito─ Toca para allá y lava los cubiertos, per-de-do-ra.
La ojiclaro miro a su alrededor en busca de alguna cámara que captará su indignación corte The office.
Refunfuñando a medida que las risas de los presentes se hacia escuchar por lo largo y ancho del comedor; Cami movilizó su cuerpo hacia el lavado, se puso los guantes y agarro la esponja de mala gana.
