El instante de tinta y sangre.

Prólogo

Todo ojo de espejo que arrojó un reflejo tanto cerrojo por consejo. Cada quien sufre como sabe, el tiempo se detiene y las personas dejan de moverse.

Mi cabeza se transforma en mi pesadilla lo que veo en la puerta me asusta, su cara se ilumina por un libro cambia la naturaleza la tiene perpleja y plena.

Desde el primer día que te vi siempre estaba ahí y mi alma se enamoró profundamente de ti. Eres la canción que quiero escuchar, la única melodía que quiero bailar.

Yo no estoy aquí por sueños o anhelos sino porque huyo de ellos, toquemos nuestras manos, crucemos nuestras miradas, entremos a nuestros mundos, no sé en qué beso te volviste vicio.

Una persona puede romperte pero también volver a construirte, eres como la luna puedo verte pero no tenerte y pude buscarte hasta encontrarte.

Eres un poema que el viento susurra, en cada palabra tu luz se dibuja, tu esencia florece, mi corazón aparece, eres lo que siempre quise y jamás busqué.

Eres la chica más extraordinaria que conocí, clara como la nota, sincera como la melodía,
tatuaje sin tinta, te quería aun cuando no debía.

Odio amarte en secreto sólo me trae tristeza al corazón y aunque esto ya no tiene solución tú eres la única que trae remedio a mí oscuro rincón. Se incendia mi corazón llamado de atención a la pasión.

Me enamore de ti sin besarte ni abrazarte ni mucho menos hablarte de no ser por nuestras rejas podría amarte sin límites, el poder de enamorarte sin siquiera tocarte.

A veces intentar el dolor evitar es tan sólo provocar más dolor. Ayer en la noche salí a buscarte, pero tenía miedo de encontrarte no iba a saber qué decir ni siquiera sé si lo podría resistir.

¿Qué dice el corazón?

Atte: distinta como la tinta que pinta.