Jeon Jungkook se ve acorralado luego de que un artículo lo ataque directamente.
Ocasionando así problemas en su futura ceremonia de coronación, se ve en la obligación de tomar las medidas necesarias para detener cualquier información mal intencionad...
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Hace muchos años Corea había sido dividida en cinco reinos. Los conflictos entre la realeza cada vez generaban más perdidas irreparables y nadie planeaba abandonar su puesto, así que cuando dieron la posibilidad de ser zonas independientes, a todos les pareció lo más razonable.
Ahora, cada familia manejaba su propio perfil público con ayuda del equipo detrás suyo. El privilegio de la exclusividad era una constante competencia y el estándar que imponían, siempre se renovaba. Por eso era fácil reconocerlos, pues cada uno remarcaba una característica especial que los distinguía como linaje real.
Los cinco reinos mantenían lo suyo. Las marcas reconocidas entre el territorio coreano designaban a una familia como imagen y de ellos dependía su presentación a cada evento social. Las compañías no se quedaban atrás, pues el asesoramiento administrativo, legal y económico de una nación era lo más esperado entre los postores.
Y el equipo de imagen cuidaba minuciosamente cada rumor esparcido entre la gente.
La residencia era de acceso exclusivo, pero era sorprendente la cantidad de cosas que podían filtrarse entre fiestas, ceremonias y eventos. Por eso, justo ahora, toda la ciudad de Gyeongsang se mostraba expectante ante el anuncio de la llegada de los demás lideres y con ellos, las noticias o actualizaciones, como ellos solían llamar, de las nuevas líneas herederas.
Salvo a excepción de Gangwon y Chungcheong, que ya habían sido relevados.
—¿Se le ofrece algo más, mi señor? —preguntó el uniformado luego de dejar los pulcros zapatos en la alfombra.
Yoongi asintió y extendió su tarjeta.
—Aprueben todos los pagos solicitados de ayer y hoy. Debería haber registros de viajes y hospedaje. Por favor.
El hombre recibió la tarjeta, dio una leve reverencia y desapareció del lugar sin hacer una sola pregunta.
Iba un poco tarde en comparación a sus padres, en su defensa, trataba de ser lo menos mediático posible porque la sala de recepción estaba repleta de periódicos y noticieros locales. Él no necesitaba más preguntas o entrevistas, ya tuvo suficiente durante la semana, y aunque trataba de comprender que este era su trabajo, hacia su máximo esfuerzo en no incomodar a los demás. Y con demás se refería a Park Jimin.
Había escuchado que los Jung negaron su asistencia unas horas antes, ahora una mesa se encontraba vacía y era lo que todos mencionaban ahí afuera.
Esperaba no llamar tanto la atención, porque quería seguir con lo planeado. Llegar, esperar a Jimin, luego presentarlo con sus papás y retirarse de la ceremonia sin ser interrogado.
