𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑢𝑛𝑜.
Unos pasos se escuchaban en el pasillo del segundo piso de la casa Diggory muy temprano aquella mañana. Cedric, quien se había levantado de la cama hacia solo unos minutos gracias a su madre, entro al cuarto de la menor.
—Ela, despierta —Susurro el mayor mientras la sacudía levemente — mamá dice que bajes a desayunar.
Cirela, quien para su desgracia tenía el sueño muy liviano, se froto los ojos en un intento de despertarse más rápido mientras se sentaba en su cama.
—Ya voy —Murmuró aun con los ojos cerrados, mientras su hermano mayor salía de su habitación para darle espacio, no sin antes dejar un beso en su frente. Los hermanos Diggory eran muy unidos, la muestra perfecta de hermandad.
Dirigió su vista a la ventada de su cuarto que daba al patio, todavía estaba oscuro, lo que significaba que era demasiado temprano por la mañana para su gusto.
Hoy era el gran día, la final de los Mundiales de Quidditch. Hace treinta años que Gran Bretaña no era la anfitriona de la Copa y era extraordinariamente difícil conseguir una entrada, pero su padre había conseguido entradas de primera clase gracias a sus conocidos. Su fanatismo por este deporte empezó desde que Cedric era muy pequeño y al nacer su hermana termino contagiándole su pasión por el deporte.
Practicaban todos los veranos ya que Ced, como a ella le gustaba llamarlo, era Capitán y buscador del equipo de Huffelpuff y Cirela era cazadora del equipo de Ravenclaw, había logrado entrar al equipo en su segundo año como suplente y quedando de titular en su tercer año gracias a su notable mejoría después de pasarse todas sus vacaciones entrenando con Cedric. Este año quería seguir manteniendo su puesto fijo.
Una vez despierta lo suficiente bajo las escaleras dirigiéndose a la cocina encontrándose con su padre, quien leía "El Profeta" mientras tomaba su té de todas las mañanas, mientras que su madre terminaba de preparar el desayuno y a Ced
ric, quien todavía tenía un ojo medio cerrado recostando su cabeza en su mano. Sonrió con gracia al verlo.
— Buenos días —Saludo mientras se sentada al costado del mayor— Parece que alguien todavía sigue mentalmente en su cama.
Ced, quien levanto su cabeza de un golpe gracias al ruido de la silla siendo ocupada a su lado rodo los ojos para después despeinar el cabello castaño de su hermana con diversión, Cirela odiaba ese gesto, a él le divertía por lo mismo.
—No hagas eso —Gruño ella mientras le pegaba un manotazo a su mano para alejarlo de su cabello, mientras su madre les dejaba un plato con huevos revueltos a cada uno, dejando un beso en la cabeza de la menor-
—Buenos días cariño ¿Cómo dormiste? — Pregunto la señora Diggory, mientras tomaba asiento a la izquierda de su esposo, quien ocupaba la punta de la mesa familiar y miraba a sus hijos con una leve sonrisa en sus labios.
—Bien mami —Sonrió ante el gesto de su madre hacia ella.— aunque tarde en conciliar el sueño, estaba muy emocionada.
—Me imagino, mi amor. Ahora, terminen su desayuno y suban a alistarse para salir con su padre. —Los niños se pusieron en marcha para terminar su desayuno mientras entablaban una entretenida conversación debatiendo quien ganaría la final, ambos apostando por Irlanda.
Una vez terminado, Cirela subió a su cuarto para darse una ducha y vestirse, ordenando lo que necesitaría en un bolso que solía llevar de vez en cuando. Su padre, antes de que suban a sus habitaciones les había comentado que se encontrarían con la familia Weasley para usar el traslador todos juntos hacia la final. Cirela ya conocía a los niños Weasley, una de sus mejores amigas era uno de ellos y habia cruzado palabra con Ron y los gemelos en algún momento, pero había hecho una muy bonita amistad con Ginny, así que la emocionaba el hecho de ir con ellos.
Una vez lista, bajo al living de su casa donde ya se encontraban Cedric con una mochila colgando de su hombro y a su padre, cambiados y listos para salir. Emprendieron rumbo caminando hasta el traslador ubicado en en la cima de la colina de Stoatshead, con el sol apenas asomándose y el frio de la mañana.
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Cedric, quien aparentemente no podía quedarse quieto, se trepo a un árbol cerca del punto de encuentro con los demás. Cirela lo miraba desde abajo de brazos cruzados y una sonrisa, mientras su hermano mayor le hacía caras desde la rama en la que se había acomodado para esperar a los Weasley. Su padre, de espaldas a ellos observaba como pequeñas siluetas a lo lejos se acercaban.
— ¡Aquí, Arthur! ya lo tenemos. —Grito su padre llamando la atención del grupo de personas que se había acercado.
— ¡Amos! —dijo el señor Weasley mientras se dirigía hacia su progenitor para darle un amistoso apretón de manos en forma de saludo. — Éste es Amos Diggory — anunció el señor Weasley — Trabaja para el Departamento de Regulación y Control de las Criaturas Mágicas, y creo que ya conocen a sus hijos Cedric y Cirela.
Cedric bajo de un salto del árbol en el que se encontraba para saludar a los demás adolescentes junto con su hermana — Hola. —Saludaron ambos.
Todos les devolvieron el saludo, algunos con más simpatía que otros, pues Fred y George aún no habían perdonado que Cedric venciera al equipo de Gryffindor en el partido de Quidditch del año anterior. Sin embargo, Hermione y Ginny saludaron con alegría a Cirela, las tres mantenían una linda amistad. Las familias e invitados intercambiaron un poco de conversación antes de emprenderse hacia el mundial.
—Ya debe de ser casi la hora —se apresuró a decir el señor Weasley, sacando un reloj de su bolsillo— ¿Sabes si esperamos a alguien más, Amos?
—No. Los Lovegood ya llevan allí una semana, y los Fawcett no consiguieron entradas —comento su padre— No hay ninguno más de los nuestros en esta zona, ¿o sí?
—No que yo sepa —dijo el señor Weasley— Queda un minuto. Será mejor que nos preparemos.
Con un poco de dificultad se prepararon todos alrededor de una vieja bota que tenía su padre en sus manos permaneciendo en un apretado círculo. —Tres... —masculló el señor Weasley, mirando al reloj—, dos... uno...
De pronto sintió como si una fuerza irresistible tiraba de ella hacia adelante y sus pies se despegaban de la tierra. Se movían todos a enorme velocidad en medio de un remolino de colores y de una ráfaga de viento que aullaba en sus oídos. Y entonces, con dureza aterrizó en el frio suelo.
Al levantar la vista, divisó a su hermano mayor, su padre y el señor Weasley aterrizar firmes en la tierra, mientras todos los demás estaban en el suelo.
Cedric le dio una sonrisa burlona mientras le tendía la mano para ayudarla a pararse y así poder sacudirse la ropa. Ella tomo su mano mientras rodaba los ojos.
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Bueno, el primer capítulo! mi intencion en estos primeros capitulos es mostrar la relación de hermandad que tienen Cedric y Cirela, porque es importante para el transcurso de la historia. Espero que los quieran y les guste tanto como a mí.
━━ @xschielev.
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𝑪𝑰𝑹𝑬𝑳𝑨 ; Theodore Nott
Fanfiction𝐂𝐢𝐫𝐞𝐥𝐚 𝐃𝐢𝐠𝐠𝐨𝐫𝐲 esta lista para empezar su cuarto año en Hogwarts. Un año que trae consigo momentos difíciles y otros felices. ¿Está preparada para un año que puede cambiar su vida para siempre? Tal vez. Para lo que no está preparada es...