𝐂𝐢𝐫𝐞𝐥𝐚 𝐃𝐢𝐠𝐠𝐨𝐫𝐲 esta lista para empezar su cuarto año en Hogwarts. Un año que trae consigo momentos difíciles y otros felices.
¿Está preparada para un año que puede cambiar su vida para siempre? Tal vez.
Para lo que no está preparada es...
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La primera mañana del inicio de clases estaba siendo bastante gris y pequeñas nubes se arremolinaban sobre sus cabezas a la hora del desayuno en el Gran Comedor.
Cirela examinaba sus nuevos horarios mientras comía a la par de sus amigos.
-Tenemos Herbología con Slytherin - Comento la castaña sin levantar la vista del papel- y Cuidado de Criaturas Mágicas también con ellos -dijo ahora levantando la vista hacia sus amigos- no está mal.
Los demás en la mesa asintieron, algunos muy dormidos aun para procesar alguna información tan temprano por la mañana, mientras ingerían sus alimentos en silencio.
Cirela y Terry eran los que mejores despiertos estaban y los más entusiasmados por el inicio de clases.
- ¿Quiénes crees que se postulen para el torneo? -Dijo Terry sacando el tema a conversación.
- No lo sé -Dijo la castaña- Solo espero que a mi hermano no se le meta en la cabeza, luego es difícil sacárselo.
Terry asintió de acuerdo con su amiga, él conocía a su hermano y a veces entendía que podía ser un poco terco.
De repente oyeron sobre ellos un batir de alas y un centenar de lechuzas entraron volando a través de los ventanales abiertos. El Búho de los hermanos Diggory se posó sobre la mesa de Ravenclaw dejándole a Cirela unos paquetes de dulces para ella y Cedric. Le dejo al pequeño ave un poco de agua y le dio unas caricias para luego verlo irse.
-Iré a dejarle esto a Ced y los alcanzo en la puerta del Comedor -Dijo mirando a los demás recibiendo un asentimiento de varias cabezas.
Se dirigió a la mesa de Hufflepuff en búsqueda de su hermano mayor.
Cuando lo encontró de espaldas a ella se acercó alcanzando a escuchar levemente la conversación que tenía el castaño con sus amigos.
-Tal vez sea buena idea -Dijo uno de los amigos de su hermano, sin percatarse de la presencia de la menor detrás de ellos- no se pierde nada intentando de todas formas.
Cirela se acercó lo suficiente para que ahora si la notaran y habló.
-Ced - El nombrado se giró y le regalo una pequeña sonrisa a su hermanita. - Este es tuyo -dijo mientras le entregaba el paquete de dulces.
-Gracias, Ela -Dijo él sonriéndole más grande. - ¿ya vas a clases? -Preguntó.
-Sip -remarco la "p" mientras asentía- te busco a la hora del almuerzo. -avisó recibiendo un asentimiento de su hermano seguido de un "ten buen día".
Dio media vuelta visualizando a sus amigos en la entrada del Gran Comedor conversando entre ellos mientras la esperaban para ir a su primera clase. Recorrieron el embarrado camino que llevaba al invernadero 3 cruzándose con algunos Slytherin.
