Capitulo cuatro.

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Después de perderlo todo, Lena Luthor se encontró en un estado de profunda desesperación. Sin embargo, en medio de su caída, encontró un rayo de esperanza en la joven a la que había herido en el accidente. Determinada a enmendar sus errores, Lena visitaba regularmente a la chica en el hospital, compartiendo con ella todos los detalles de su caída y desahogándose sin excepción alguna.

En cada visita, Lena se abría por completo, compartiendo sus luchas internas, su adicción al alcohol y las consecuencias devastadoras que habían llevado a la pérdida de su trabajo, su hogar y su estabilidad financiera. La joven, aún en su estado de convalecencia, se convirtió en un confidente silencioso para Lena, escuchando cada palabra y ofreciendo una presencia reconfortante.

A medida que Lena se enfrentaba a la realidad de su situación, su orgullo le impedía pedir ayuda a sus seres queridos. En lugar de eso, decidió buscar un trabajo humilde en una cafetería local. A pesar de su pasado como exitosa CEO, Lena se adaptó a su nuevo papel, sirviendo café y sonriendo a los clientes, ocultando su dolor y su pasado detrás de una máscara de normalidad.

Con el poco dinero que ganaba en la cafetería, Lena logró conseguir un cuarto viejo en un edificio deteriorado. El lugar carecía de comodidades y estaba lejos de ser lujoso, pero Lena lo consideraba un pequeño refugio donde podía reconstruir su vida. Aunque su entorno era modesto, Lena encontró consuelo en la sencillez y la independencia que su nuevo hogar le ofrecía.

Sin embargo, una noche, cuando parecía que Lena estaba comenzando a encontrar cierta estabilidad en su vida, todo volvió a cambiar de manera inesperada. Kara, la joven que Lena había herido en el accidente, cayó repentinamente en coma. La noticia sacudió a Lena hasta lo más profundo de su ser, desencadenando una nueva ola de culpa y desesperación.

Lena se sintió abrumada por la posibilidad de haber causado un daño irreparable a la joven que había estado tratando de ayudar. Buscó desesperadamente información sobre el estado de Kara y se mantuvo al tanto de las actualizaciones médicas. Cada día, visitaba el hospital, rezando y esperando que Kara despertara, deseando tener la oportunidad de pedirle perdón y hacer todo lo posible para enmendar su error.

La vida de Lena, una vez más, se vio envuelta en una tormenta de emociones y desafíos. A pesar de haber perdido todo, encontró la fuerza para seguir adelante, buscando la redención y enfrentando las consecuencias de sus acciones. Su determinación y su deseo de hacer lo correcto la impulsaron a luchar por Kara y a buscar una forma de enmendar el daño que había causado.

Lena Luthor, llena de remordimiento y con el peso de su pasado sobre sus hombros, llegó al hospital una noche, completamente borracha. A pesar de su estado alterado, se dirigió directamente a la habitación de la joven a la que había herido en el accidente. Al entrar, sus piernas temblorosas apenas podían sostenerla, y se arrodilló junto a la cama, con lágrimas en los ojos.

Con voz entrecortada por el alcohol y la emoción, Lena comenzó a hablar, pidiendo perdón de la manera más sincera y desesperada. Sus palabras salían en un torrente de confesión y arrepentimiento, mientras admitía todas sus fallas y la magnitud de su error. Su voz temblaba con cada palabra, y sus ojos se encontraban con los de la joven, buscando una señal de perdón y comprensión.

Lena recordó cada detalle de aquella noche fatídica, describiendo el accidente, su estado de embriaguez y la devastación que había causado. No hubo excusas ni evasiones, solo una honestidad cruda y desgarradora. Las lágrimas caían por sus mejillas mientras imploraba el perdón de la joven, prometiendo hacer todo lo posible para enmendar su error y asegurarse de que nunca volviera a suceder.

En medio de su confesión, Lena también compartió su propio viaje de recuperación y cambio. Habló sobre su lucha contra el alcoholismo, su pérdida de todo lo que conocía y su determinación de reconstruir su vida desde cero. Cada palabra estaba cargada de dolor, pero también de esperanza y un deseo genuino de redención.

La joven, aún en su estado de coma, parecía escuchar cada palabra de Lena. Su rostro permanecía inmóvil, pero Lena podía sentir la presencia y la energía de su espíritu. A medida que hablaba, Lena se dio cuenta de que su confesión no solo era para obtener perdón, sino también para liberarse del peso de su culpa y encontrar la fuerza para seguir adelante.

Después de hablar durante lo que pareció una eternidad, Lena se levantó lentamente, con la mirada fija en la joven. Aunque las palabras de la joven no se pronunciaron, Lena sintió que su mensaje había sido recibido.

Con el corazón lleno de gratitud y esperanza, Lena salió de la habitación, dejando a la joven descansando en paz.

Entre copas y consecuencias.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora