Mucho tiempo después.
Las cosas parecían haber tomado un rumbo completamente diferente al que Lena y Kara esperaban. Ambas estaban sumergidas en su vida en pareja, compartiendo momentos con nuevos amigos que conocían de diferentes maneras. A pesar de sus ocupaciones, Alex siempre se aseguraba de que su hermana estuviera cuidada y de que Lena no cayera en las tentaciones que se le presentaban en situaciones desafortunadas como en el pasado que ella aún consideraba del todo abierto, ya que honestamente Lena había dejado el alcohol pero no de una manera del todo sana.
La familia Luthor no había intervenido nuevamente, ni siquiera buscaban mantener contacto. Lionel, el patriarca de la familia, no cedía y no estaba dispuesto a hacerlo. Aunque en algunas noches frías surgían dudas en él, al mirar a su esposa se preguntaba si destruir a su familia era lo correcto. Lillian, por su parte, estaba presente junto a Alexander, pero tenía un lado oscuro que nada podía cambiar. Alexander, a pesar de no tener razones para ceder, había retomado su puesto, pero se derrumbaba tras las puertas de su habitación. No comprendía cómo un padre que siempre había preferido a su hija podía vivir tan tranquilo, cómo podía dormir sin preocuparse si ella necesitaba algo, después de todo el daño que le había causado abandonarla su suerte por haber cometido un error, tan solo uno.
Lena había comenzado a ganar más dinero, no de manera exagerada, pero lo suficiente como para darse algunos gustos. Decidió que era correcto sorprender a su pareja con un viaje corto de al menos 10 días, al menos así podrían tener una festividad diferente. Eligieron de manera diferente un destino en el mapa y Lena se lo entregó a Kara para que ella escogiera el primero. La rubia se alegró mucho por la sorpresa y, de manera no intencional, eligió conocer el lugar al que Lena pertenecía. A pesar de que era un juego peligroso, ya que podrían encontrarse con algún miembro de su familia, la ojiverde aceptó. Para ella, su pasado estaba cerrado, ellos no pertenecían a su vida, no por elección propia, sino por la dirección que ellos habían tomado sin contemplación ni miedo.
Con la deuda de Samantha ya saldada y una relación mucho más cercana que en el pasado, Lena decidió pedirle a esta que cuidara del departamento y que se tomara un descanso de sus responsabilidades. Sam aceptó con gusto, evidentemente necesitaba un respiro. Además, podría disfrutar de las comodidades que el lugar ofrecía, así como del dinero dejado por ambas para cualquier antojo festivo.
El viaje hacia Irlanda fue emocionante y lleno de expectativas. Lena y Kara se prepararon con entusiasmo para explorar este hermoso país. Tomaron un vuelo temprano por la mañana, admirando las vistas desde las alturas mientras el avión se dirigía hacia su destino. La emoción se palpaba en el aire mientras se acercaban a la mágica tierra de Irlanda.
Una vez que aterrizaron, se sumergieron en la atmósfera invernal de Irlanda. El aire fresco y nítido les envolvía mientras caminaban por las calles adoquinadas de Dublín. La ciudad estaba decorada con luces festivas y el espíritu navideño se sentía en cada rincón. Lena sorprendió a Kara con un regalo especial: una cámara de fotos para capturar todos los momentos memorables de su viaje juntas. Kara estaba encantada con el gesto y no podía esperar para empezar a inmortalizar cada instante.
Lena y Kara se hospedaron en un encantador hotel boutique ubicado en un pequeño pueblo costero de Irlanda llamado "The Seaside Haven". Este lugar era conocido por su elegancia y su atención al detalle, lo cual quedó demostrado desde el momento en que entraron por la puerta. Fueron recibidas por un cálido fuego crepitante en la chimenea y una decoración navideña que llenaba el lugar de espíritu festivo.
La habitación en la que se alojaron era simplemente mágica. Las paredes estaban pintadas en tonos suaves y relajantes, creando un ambiente tranquilo y acogedor. Una cama grande y mullida estaba cubierta con sábanas de algodón suave y edredones cálidos, invitándolas a sumergirse en un sueño reparador. Junto a la ventana, había un pequeño rincón con dos cómodos sillones, perfectos para disfrutar de una taza de té caliente mientras admiraban las vistas al mar.
Dos noches antes de Navidad fue especialmente romántica. Lena y Kara decidieron dar un paseo por la playa, envueltas en abrigos cálidos y bufandas suaves. La brisa salada del océano les acariciaba el rostro mientras caminaban tomadas de la mano. El sonido de las olas rompiendo suavemente en la orilla creaba una melodía relajante.
De regreso al hotel, encontraron la habitación adornada con luces parpadeantes y velas perfumadas. Lena había organizado una cena privada para las dos en el restaurante del hotel. La mesa estaba decorada con pétalos de rosa y velas, creando un ambiente íntimo y romántico. Disfrutaron de una deliciosa cena de mariscos frescos y brindaron con copas de vino espumoso sin alcohol mientras se perdían en conversaciones profundas y risas contagiosas.
Después de la cena, Lena sorprendió a Kara con un regalo adicional. Sacó de su bolsillo un pequeño paquete envuelto con un lazo rojo brillante. Kara abrió con emoción el regalo y descubrió un collar de plata con un colgante en forma de corazón con una pequeña mariposa rosa dentro del mismo. Lena explicó que era un símbolo de su amor y compromiso el uno con el otro, así también le contó que el día de navidad le contaría el porqué de dicha mariposa y Kara no pudo contener las lágrimas de felicidad.
La noche continuó con risas, caricias y besos tiernos. Se acurrucaron juntas frente a la chimenea, compartiendo historias y sueños para el futuro. El ambiente cálido y acogedor del hotel, combinado con el amor y la conexión que compartían, creó una noche mágica y llena de romance.
Durante su estancia en Irlanda, también tuvieron la oportunidad de explorar los encantadores pueblos costeros, maravillándose con la arquitectura histórica y las vistas panorámicas del océano Atlántico. Se aventuraron por senderos serpenteantes a través de los bosques cubiertos de nieve, disfrutando de la sensación crujiente bajo sus pies. Los paisajes invernales de Irlanda les regalaron vistas impresionantes, con colinas y valles cubiertos de nieve que parecían sacados de un cuento de hadas.
Una de las experiencias más memorables fue visitar los acantilados de Moher. Se quedaron sin palabras ante la majestuosidad de los acantilados que se alzaban sobre el océano, creando una vista impresionante. Kara aprovechó su nueva cámara para capturar la grandeza de la naturaleza y la expresión de asombro en el rostro de Lena.
Al final del día, regresaban a su cabaña, donde se acurrucaban frente a la chimenea, compartiendo risas y conversaciones profundas. El amor entre ellas se hacía evidente en cada mirada y cada gesto cariñoso. Irlanda, con su encanto invernal y su belleza natural, se convirtió en el escenario perfecto para fortalecer su conexión y crear recuerdos inolvidables.
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Entre copas y consecuencias.
Fanfiction"Entre Copas y Consecuencias: La Historia de un amor" Kara, una joven en busca de sus sueños, decide dejar atrás su vida en su ciudad natal y se muda a una nueva ciudad llena de oportunidades. Por otro lado, Lena lleva una vida aparentemente normal...