*TREINTA Y TRES*

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Seokjin

Demasiado para mi plan de pedir a Jungkook y Hazel que se mudaran conmigo. Todo se fue al infierno con la visita de Maggie. Renunció a sus derechos sobre Hazel.

No es que alguna vez hubiera tenido la oportunidad de la custodia, pero todavía se siente tan condenadamente permanente.

Jungkook está en piloto automático ahora, las secuelas de Maggie todavía lo tocan. Haciéndolo insensible.

No sé cómo ayudarlo. Cómo mejorarlo. ¿Cómo puede una madre hacer eso?

Intento no juzgarla. Sé que ha tenido un pasado horrible. Sé que está luchando, ¿pero regalar a su hijo?

Supongo que pasa todos los días. —¿Tienes hambre?

Jungkook se vuelve hacia mí, sostiene a Hazel en su regazo y niega con la cabeza. —No. Gracias.

—¿Quieres hablar de ello?—. Insinúo con cuidado.

Gira la cabeza para mirarme y estoy seguro de que va a quedarse callado, pero no lo hace. 

—Hazel va a saber algún día que su madre no la quería.

—Pero tiene un padre increíble que sí la quiere—, digo, y estoy seguro de que no ayuda en absoluto, pero es todo lo que tengo.

—Me siento como un imbécil por convencerla de tener a Hazel, pero parece que tenía un plan. Como si supiera lo que estaba haciendo.

—Creo que sí. —Me acerco más a él, apoyando mi cabeza en su hombro. —Creo que te quiso lo mejor que pudo. Y creo que quiere a Hazel pero no sabe cómo hacerlo.

—Sus padres eran horribles. Tenía tanto miedo de ser como ellos. Pero incluso ahora, sé que ella no lo habría sido.

—Sí, no puedo discutir eso. Una madre a la que no le importa no haría eso.

—¿Renunciar a ella?—, pregunta confuso.

—Se aseguró de que estuviera en buenas manos. Y de que no rebotaría entre ella y tú o el sistema—, digo al darme cuenta de que Maggie estaba haciendo todo lo posible por proteger a su hija, se diera cuenta o no.

—Habría intentado que funcionara.

—Y ella lo sabe—, digo y le beso la sien.

Me dedica una sonrisa triste, y luego me roza los labios con un beso mientras Hazel se reclina contra él, con sus ojitos cerrándose lentamente.

—Feliz cumpleaños, pequeña—, le susurro y le beso la coronilla.

Sus ojos se cierran y me apoyo en Jungkook. Él gira la cabeza y sus labios rozan mi oreja.

—¿Cuándo vas a pedirnos que nos vayamos a vivir contigo?

Me sorprende y alzo la cabeza para mirarlo, con una sonrisa en los labios. —¿De verdad? ¿Sabes que iba a hacerlo?

Se ríe y me atrae hacia él con la mano que tiene libre. —Eres de todo menos sutil. Te he visto mirar casas en tu teléfono mucho últimamente.

—No pensé que sacar el tema hoy sería una buena idea—, respondo con sinceridad. Estaba seguro de que no estaría de humor para hablar de ello después de que Maggie estuviera aquí.

—Pregúntame—, susurra en voz baja, y lo miro a los ojos, sin ver nada más que amor.

—¿Hazel y tú se mudarían conmigo? Podemos encontrar un lugar juntos o mudarnos a mi...— Sus labios cortan mis palabras cuando se presionan contra los míos, y él asiente con la cabeza.

—Nos encantaría. —Sonríe y vuelve a besarme. —Quizá por una vez podamos tontear en una cama.

Sonrío, pensando en eso. En nuestra propia cama. —¿De verdad quieres esto?— Pregunto con seriedad, porque ha sido un día muy emotivo.

—Te amo a ti. Sé que estoy jodido. Que tengo un pasado jodido...— Esta vez lo detengo con una firme presión de mi boca contra la suya porque su pasado no me importa.

Lo único que me importa es que Hazel y Jungkook están en mi vida por culpa de ese pasado. Por su relación con Maggie. Y no quiero nada más que paz para esa mujer también. Espero que ella pueda encontrarla.

—Te amo—, respiro.

—Te amo. Y no puedo esperar a tener oficialmente un hogar contigo.

—Nunca te dejaré—, digo, sabiendo que necesita que se lo confirme, y lo haré una y otra vez hasta que me crea.

—Lo sé—, dice con facilidad mientras me besa suavemente, y puedo sentirlo.

Esa confianza que sigue ahí. La confianza que nunca se irá.

*Abandonado*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora