31:Noche de Caza.

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Cazar.

Una pasión para muchos, y una obsesión para otros. El Bosque estatal Catskill está lleno de Pavos, alces, patos y una variedad de animales disponibles para la caza. Las personas que están ahí, están bien abrigados y cabalgan en sus caballos, la actividad del 24 de diciembre para ellos, es la casería. Una mujer peliroja y despapanante se encuentra vestida con pieles de animales encima, ella es una profesional en la cacería, razón por la que tiene una habitación repleta de toda clase de cuerpos de animales. Ella deciende de su caballo y se esconde detrás de unos árboles, su nariz está roja por el frío pero eso nunca la ha detenido, desde pequeña a desarrollado una obsesión por la caza que le fue transmitida por su padre, al ser hija única fue criada para cumplir con todos los “deberes” de un hombre, siendo aún mujer.

Ella se acuesta en el suelo, con total sutileza observando las plumas del pavo esconderse, el animal a sentido su presencia y está dispuesto a atacarla o correr, está usando su Carabina PCP Air Arms S500 Xtra FAC , una de sus tantas armas favoritas para cazar. Su respiración se vuelve muy baja, casi inaudible, su dedo se va justo al gatillo y justo cuando tiene al Pavo en la mira, su cabeza se destroza justo frente a ella espariciendo los restos de su cerebro en el suelo.

La furia invade su cuerpo y las ganas de hacerle lo mismo a la persona que le robó su presa la tientan, pero inhala varias veces intentando calmarse. Era una presa perfecta, digna de ser colgada en el muro y está persona lo arruinó, le destrozó el cráneo, un imbécil que no debe saber disparar, era lo que ella se repetía. Uno de sus ayudantes corre hacia ella y la ayuda a sostener el rifle, ella se quita los guantes resoplando casi como una niña malcriada, otro de sus ayudantes le da un vaso de coñac, el cuál bebe de un solo trago. La peliroja respira una y otra vez y se acerca a ver quién fue el descarado que se atrevió a robarle su presa, para su sorpresa, quien estaba agachado al lado del pavo era Tadashi Nakamura.

—Excelente tiro. —dice, intentando sonar muy amable.— Pero asegúrese de no robar las presas de otros cazadores.

Esa claramente fue una advertencia, pero a Tadashi es la persona que menos le podría importar tan ridícula advertencia.

—No dispare yo. —se pone de pie y le da su escopeta al ayudante que le fue asignado.

El japonés camina hasta su caballo, Sasha lo mira intrigada y va detrás de él, ella se sorprende al ver a un alce de color marrón oscuro siendo arrastrado por el caballo. Tadashi no era un experto en la cacería, pero sabía cosas básicas, y era excelente con cualquier tipo de arma que lo rodeará, por eso no fue difícil cuando le entregaron el arma de cacería, ni siquiera pensó que lograría cazar un alce de ese tamaño con un solo disparo, pero afortunadamente lo logro, la sonrisa de la peliroja  se expande y se acerca hasta él.

—¿Entonces quién fue?. —pregunta ella, Tadashi se detiene y la mira sin interés, sus ojos suben hasta arriba, casi mirando al cielo y la peliroja hace lo mismo quedando estupefacta.

Sobre una de las ramas se encuentran un par de ojos grises y con la mitad del rostro tapado, pero ese par de ojos grises no pasan desapercibidos por nadie, Azazel desliza su pañuelo negro dejando a la vista su pálido rostro y una sonrisa brillante. Era obvio que el cráneo destrozado no fue un accidente de principiante, fue a propósito, incluso se podría considerar una amenaza indirecta hacia Tadashi, quien solo iba de paso y se había detenido al sentirse observado. Como no había visto nada, alzó la mirada y se encontró con ese par de ojos que le apuntaba con el arma, Tadashi nisiquiera se inmutó, al contrario, Azazel cambio de objetivo y le disparo al pavo.

La Obsesión Del Yakuza. (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora