38:La caja

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Jiwon

Mis pies se balancean una y otra vez sobre la cama, afortunadamente aún no habían sacado las cosas de la casa, asique pude conseguir la caja que ahora permanece entre mis manos. Nunca la pude abrir, jamás tuve permitido mirarla, incluso cuando la curiosidad superaba la moral... No me atreví a mirarla, mi madre enferma me había pedido no mirarla sino hasta que muriera. Pensé que eso nunca sucedería asique no la miré jamás... Pero hoy, tengo permitido abrirla, solo que no quiero hacerlo.

Abrirla, sería aceptar la realidad, la realidad de que mi mamá murió.

Jiwon-ah... —la mujer que entra a la casa, es la persona que me ha estado cuidando todo este tiempo. Pensé que tendría que llamarla... O que incluso se negaría a cuidarme, pero para mí sorpresa me acepto sin problemas.

La casa donde he estado durmiendo es pequeña pero muy cómoda, tanto su esposo como ella son amigables conmigo y me tratan muy bien.

—¿Que hay en caja?

—Mamá... Dijo que la abriera cuando ella muriera.

El rostro se ella palidecio, su mirada se desvío a otro lado. Sé perfectamente que ella conoce a mi madre desde hace muchos años, asique por su expresión puedo deducir que sabe lo que hay en la caja.

—¿Sabes que hay aquí no?. —ella asiente con la cabeza y pone sus manos sobre las mías.

—Yo... No siento que estés listo para ver lo que hay dentro, Jiwon-ah.

—¿Porqué?

—Una vez que abras lo que hay en la caja... No habrá vuelta atrás.

Inspiró hondo, puedo pensar que en la caja hay tantas cosas, pero la principal sería.... Sobre él.

—La abriré, estoy listo.

Ella asiente y sale del pequeño sótano, dejándome solo. Mis manos van hasta la caja, que nisiquiera tenía seguro o algo para evitar que cualquiera la abriera, siempre estuvo dispuesta a abrirse, solo que no me atrevía a hacerlo, respetaba las palabras de mi madre.

Al abrir la caja, no me sorprendió encontrar papeles. Todas eran cartas, cartas con la letra de mi madre, realmente no sé si sea correcto abrirlas, son correspondencia de ella, yo no deberia tomarla siquiera. Pero ella me dió permiso, asique armandome de valor,  tomo una entre mis manos, y saco el papel que hay dentro del sobre. Para mí sorpresa, la primera oración que hay en la carta me deja quieto por unos segundos. Mis ojos se desvían por toda la habitación, intento procesar lo que acabo de leer pero la primera línea me dejo desubicado...

“Tenemos un hijo”

Aparto los lentes de mi rostro por un repentino dolor de cabeza que me invade, no debería estar leyendo esto.

—Jiwon.

—¿Si?. —alzo la mirada encontrándome Chun-ha. Ella mira la carta que hay entre mis manos, y su expresión suave cambia.

—¿Tu quieres ir con él?.

La pregunta que me lanza, me toma desprevenido... Siempre había querido estar con mi padre, siempre lo he querido ver o conocer, no me importaba que día o fecha fuera, solo quería verlo.

—¿Sabías lo que había en la carta?

—Yo sabía que ellos desde la universidad se enviaban cartas, y ella las guardo.

—Ella le seguía escribiendo todos estos años... Y él nunca respondió.

El nudo que se forma en mi garganta es pesado, mi mamá nunca quiso decirme nada acerca de mi padre, jamás hablaba de él pero siempre mencionaba lo mucho que me parecía a él. Eso alimentaba mucho más mi curiosidad, me preguntaba como sería, como se vería o si tendríamos cosas en común... Pero hoy, todas esas ganas de conocerlo, se esfumaron. Desde que murió mi madre, nisiquiera había pensado en él, aunque he pensado en mi papa cada dia desde que tengo uso de razón.

La Obsesión Del Yakuza. (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora