Buen Chico Chico malo [🍷] JinxJungkookYTú

Capítulo 16. Sermón.

Siendo un día de iglesia, no sabía en qué momento la triste iglesia, se volvió en los últimos días por una aclamada y siendo llamativa para los más jóvenes, aun en uno de los inventos de Seok Jin, me encontraba molesta por ser obligada a ser llevada por mis padres, incluso ahora en un lugar que se mantiene ahora con muchos supuestos creyentes.

Aun terminando su misa a altas horas de la noche, puedo sentir esa incertidumbre de estar rodeado por jovencitas, causando en mis celos un claro reclamo cuando termine de verlo a solas.

− ¿Cómo es que se volvió sacerdote? −Pregunto a Taehyung.

−Yo que sé, dijo que tenía muchos contactos y que era viejo amigo del anterior sacerdote.

− ¿El viejo que antes estaba era vampiro?

−Sí, dijo que con lo que reuniera de limosnas pagaría su jubilación.

−Lo que me temía... Sabia que esta iglesia no tenía nada bueno.

−No es tan mala, creo que es la única que he conocido, aquí me bautizaron y termine la doctrina.

−Jungkook. ¿Es de verdad?

−Algo así...

Queriendo saber más de mi pequeño vampiro es a nuestro lado los gemelos que juegan con sus espantosas figuras de madera, siendo dos luchadores que intentan pelear uno al otro, Jungkook y yo observamos.

−Te robaste mi tesoro, devuélvemelo o ya veraz. −Reclama Yuno en su juego con su luchador, viendo a su hermano− Devuélveme mi tesoro.

− ¿O qué? ¿Qué vas hacer sino te lo devuelvo? ¿Qué va hacer el viejito? ¿Eh?

− ¡Puf! ¡Toma eso!

−Ahhh, me golpeaste la nariz. −Finge su muñeco ser lastimado− ¡Tengo miedo! ¡Buhhh quiero a mi mami!

¿De dónde conocía ese lore? Aun tratando de pensar donde había pasado dicha escena es Jungkook que toma los muñecos de madera señalando a los gemelos con molestia.

−Que quede en claro que fue un ataque sorpresa, yo no le tengo miedo.

−Tranquilo, Jungkook solo están jugando. ¿De qué hablas?

− ¡Ugh! De nada.

Riendo los gemelos van sobre Jungkook para recuperar sus juguetes, aun poniéndome de pie por ordenes de mis padres de nuevo me llevan a la polvosa oficina donde aguardan hasta que el sacerdote vuelve, aun con su uniforme puedo ver la sonrisa ladina de Seok Jin.

− ¿Por qué no esperan afuera? Aun hay panfletos que me gustarían que repartieran con los nuevos creyentes y Señor, me gustaría que ilustraras al joven Jungkook con información de nuestra iglesia.

Nada más que de acuerdo se ponen de pie, en miradas expectantes hacia mi para que no haga nada que dañe su reputación aun cerrando la puerta, mi mirada hacia Jin vuelve en su particular sonrisa.

− Así que fueron tus sobornos lo que te hizo tomar este lugar. ¿Qué paso con el anterior sacerdote?

−Digamos que le di unas cálidas vacaciones en playas paradisíacas, no hice nada malo, princesa. El viejo Chul, era amigo mio... −Responde tranquila− Simplemente hice lo razonable para mantenerte segura.

−En todos de los casos deberías renunciar a este trabajo. ¿Qué paso con tu servicio en el hospital? No puedes dejarle todo el trabajo a Hoseok.

−Me encargo de la administración del hospital estando aquí, te aseguro que lo menos que quiero es renunciar en este lugar. −Suspira cómodo en su asiento− Incluso me alivia verte más veces de las que he tenido oportunidad antes.