Buen Chico Chico malo [🍷] JinxJungkookYTú

Acto 4 Amenaza.

Conocía a Jungkook como un chico de mucha energía, como esos perritos juguetones que le sonríen en la vida, hasta llegar a la madurez, caer a la cuenta que era un chico de malos pasos y que... Bueno en realidad nunca se arrepintió lo que era.

Era un chico de dieciocho de esos de motocicletas, rodeado de mujeres hermosas para incentivarlo a arriesgar su vida. Era una oficial del distrito que recibió la noticia de una carrera de motociclistas clandestina, había caníbales que entraban al distrito Sur y aprovechaban para cazar a humanos.

En un inicio pensaba que el partidario chico era vampiro, para ser un idiota que arriesgue su vida con las peligrosas rampas.

−Oye preciosa. ¿El día de hoy vas a acompañarme en la carrera? −Pregunta el diente de conejo y rostro joven− Vamos. ¿Por qué esa cara?

−Baja de la motocicleta, no tienes nada que hacer ahí.

− ¿Qué eres policía?

Entre la risa de los acompañantes, en cuanto el chico de chaqueta y casco baja, lo tomo por el cuello para hacerlo retroceder de un empujón, en la vista divertida del chico de perforaciones, evita que los demás chicos se acercan, dándonos nuestro espacio.

−Eres joven, no tienes que perder tu tiempo aquí. ¿Por qué no vuelves a la escuela? −Indago esperando que eso calme su ego− ¿Cuántos años tienes? ¿Quince?

−No me hagas perder la paciencia, preciosa. Si querías llamar la atención, lo hiciste desde que llegaste y me mostraste tu bonito rostro.

−No vas a participar en la carrera, al menos esta noche no.

− ¿A cambio de qué?

−De tu seguridad y tu vida, ahora andando quita tu motocicleta del camino. −Palmeo su hombro en la espera− Muévete, no me hagas perder el tiempo.

−Las cosas no funcionan así, preciosa. −Dialoga sin intenciones de moverse− Apostaron mil por cabeza para que participara. ¿Vas a devolverme ese dinero?

Cansada de tener que pasar por este trato, termino buscando en mi bolsillo dando al menor una cuarta parte de la que iba a tener en la carrera. El chico suelta un silbido tomando el fajo, sus ojos es una odisea al pensar lo que tiene en sus manos, aunque apenas toma tres billetes me devuelve el resto en mis manos.

−Esta bien, iré contigo si me invitas una comida.

− ¿Solo eso?

−Bueno, después tu me dirás lo que quieres.

No quería escusar al mal intento de fuckboy, simplemente tenia curiosidad para un chico que tomo la iniciativa. Fue un plato de ramen lo que costo cautivarme, saber que no va en la escuela, su falta de imagen familiar y de dinero.

Era mi niño que me conquisto en cada una de las citas de comida, la que me revelo lo importante de tener una familia y disfrutara lo que ofrecía la vida humana. Se llevo mi primer beso, aquella noche de carreras de motocicletas en un terrible lugar donde baje la guardia y sin darme cuenta Jungkook se interpuso como un escudo para recibir la herida brutal de un caníbal.

Aun con la esperanza de estar en el mismo callejón a la tienda de hamburguesas que arriesgo su vida por mi no encuentro muestra de él, simplemente el asqueroso contenedor de basura donde me dejaron esperando mis padres a que me congelara.

En esa pequeña pausa veía a sus hermanos gemelos persignarse.

−Ustedes demonios. ¿Qué hacen?

−Diosito. −Señalan la mancha de grasa de la pared.