Al pasar por la barrera sintió que algo no iba bien. No se sentía como la anterior vez, bueno la anterior vez iba perseguida de cinco arpías. Se sintió, otra vez, desprotegida. El sueño que tuvo en la noche la invadió otra vez, no había pensado en él desde la mañana, en la cual, decidió no pensar en el tema.
Te vigilo, no lo olvides
Esa voz, esa voz era la del sueño. Se estremeció de tan solo pensarlo, la vigilaba.
- Esta en todas partes- susurro.
Sacudió la cabeza como si con eso borrara aquella idea. No, no iba a temerle tenía que actuar como si nada pasara ¿Por qué le pasaba esto a ella? No le gustaba mentir, no con su familia.
Camino arrastrando su maleta directo a la cabaña de Hades. Necesitaba silencio y sabía que el único lugar para conseguirlo era allí, además si calculaba bien ahora Nico debería estar decapitando maniquíes. Subió al pórtico y con sumo cuidado empujo levemente la puerta de caoba, si estaba abierta. Entro mirando desesperadamente a ambos lados, no quería que la siguieran, y entró. Estaba igual que la última vez que había estado; las paredes, piso, camas, sábanas... En fin la mayor parte de las cosas era negras, la ropa de Nico estaba tirada por el suelo e incluso vio uno de esos pantalones apretados que usa en el candelabro. Negó repetidamente con la cabeza: no tiene remedio. Camino por el pasillo hasta llegar a su habitación, su habitación es más desordena (si eso es posible) su cama no está tendida, hay un motín de ropa en una esquina y calcetines en la ventana. Bien, a ordenar esto, sería una buena distracción. Comienzo por tender la cama; las sacudo, estiro y aliso. Me agacho a recoger su ropa y poner todo el montón encima de la cama dispuesta a doblarlo todo.
*
Con una mano saco la capa sudor que hay en mi cara. ¿Soy yo o hace mucho calor? Abanico mi cara con una mano, sin embargo solo creo un pequeño viento. Sujeto mi cabello chocolate en un moño, no, sigue haciendo calor. Miro detrás mío para verificar que no hay nadie y me saco la blusa que, por cierto, está llena de sudor y me dirigí al baño a mojarme la cara. Había consistido de un gran esfuerzo limpiar el cuarto de Nico, hablo enserio ese cuarto era peor que el lugar donde se revolcó un cerdo. Habría el grifo que por si no lo habías notado era negro (¡ oh santos dioses qué sorpresa!) el agua salió friísima, agradecí a Merlin y a los dioses por esta ofrenda y no estoy exagerando, lo juro. Metí mi polera y la enjuague, pues no me la iba a poner así. Me lave la cara y los brazos, ya le diría a Nico que sea más ordenado. Salí del baño y me senté en el borde de la cama, junto a su mesa de noche. Agarre el retrato de madera en el que exponía una foto en blanco y negro muy antigua, en el había una familia; dos niños, una chica y un chico, que aparentaban tener diez (la chica) y ocho ( el chico) y dos adultos que sonreían a la cámara despreocupadamente ajenos al mundo de afuera. Sin tener idea de cuando ya tenía unas lágrimas deslizándose por mis mejillas. Cuanto desearía eso ser ajena a esta vida; sin preocupaciones más de que el chico más guapo del instituto te invite a salir ¡ Daría todo por tener eso! No quería ser semidiosa, ni tampoco bruja quería ser normal y corriente. Quería ir al centro comercial con sus amigas e incluso tener un novio. Sintió unos fríos brazos rodearla delicadamente como si con un movimiento pudiera romperla y , sin esperar respuesta, le correspondió al abrazo desesperadamente intentando aferrarse a él para no caerse, escondió su cabeza en el cuello de Nico y soltó todo; sus preocupaciones, el sueño, su estrés... todo. Lentamente el moreno se separó y levanto el la mano con expresión de duda para después suspirar y acariciar sus mejillas con los pulgares limpiando las lágrimas que aún caían de sus ojos.
- Mírame- le pidió en voz baja- por favor
Apartó su mirada no podía verlo si lo hacía acabaría derrumbándose de nuevo.
- Jennifer, por favor - le rogó levantándole levemente el mentón obligándola a que lo viera- eso es mírame, tranquila
Era tan sencillo que el dijera, sabía perfectamente que él era su debilidad no, no eran novios, él estaba con Will y ella con Luois pero ese momento en que vio sus ojos obsidiana llego a dudar de sus sentimientos. No decía tonterías, parpadeo para sacar esos pensamientos de su mente. Solo lo quería como un hermano.
-¿Qué sucede?
- Ya no puedo más Nico, ya no
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En medio de dos mundos
FanficUna profecía Dos mundos Dos lealtades Un lado Cómo podrá Jennifer elegir. El Olimpo cae- susurro con voz seca- y esta vez no fallara