No podía evitar el sentirse algo incomoda de Nico por la intensidad de su mirada. Le molestaba, de sobremanera.
-James- suspiró, acobijándose bajo su brazo-, ¿que hacen aquí?
James la apretó contra él y esbozó una de esas sonrisas por las que era conocido en Hogwarts
-Esperaba un poco más de entusiasmo- dijo- ya sabes, algo más festivo
Lo único en lo que ella podía pensar en la increíble y rara coincidencia de este encuentro. Esperaba que no significase nada más de lo necesario, pero este tipo de cosas nunca pasaba y menos en una misión. Se revoloteó, nerviosa
-Ehm, si, hubiese estado más preparada si hubieses mandado una lechuza o algo
Debió su mirada nuevamente hacia el hijo de Hades. Se encontraba jugando distraídamente con una piedra, pasándola de un pie al otro con desenvoltura como si...estuviese esperando algo. La realidad la golpeó al instante, esperaba que ella le presentase al pelirrojo que sus ojos ónix no dejaban de mirar.
Trago el nudo que se formó en su garganta y carraspeó suavemente, llamando su atención.
-Fred- lo llamo extendiendo la mano para agarrarlo de la manga de su chaqueta- estos son Leo y Nico
Tal vez, se dijo, eso era para lo mejor. Tal vez, lo que sea que sintiese se iría.
James se acercó y apoyó su espalda en un peñasco
-Sabes que puede presentarse solo, ¿verdad?
-Sabes lo que es educación, ¿verdad?- respondió ella tajante
Le caía James, por supuesto, pero no lo conocía tanto. Solo pequeñas partes que había logrado recolectar conforme sus conversaciones y reputación que lo presidía en Hogwarts. Al inicio, siempre había creído que gran parte del nombre que se había creado James Sirius había sido basado en leyendas de chicas rumoreando por los pasillos. Tal vez, había considerado que este era un chico decente según el tema de las mujeres y no el mujeriego que decía ser. Lo quería, claro, pero nunca había pensado en el de esa forma, ya que pronto llegó a conocer que esos rumores no eran, bueno, solo rumores.
-En ese caso- dijo, su voz gruesa y áspera-, preséntame a mi
Jennifer deslizó una mano desde su hombro hasta el centro de su pecho, acariciando la tela y la dureza de los músculos bajo su toque, sosteniendo la respiración de la deliciosa sensación de su piel dijo:
-Puedes presentarte tú mismo- se dio la vuelta y, sonriendo juguetona mente, añadió- creo
James dejó caer la cabeza en una risa profunda
-Oh, Jennifer, cariño- ronroneo- , ¿que haré contigo?
Sintiendo una oleada de valor y algo de atrevimiento se permitió contestarle abiertamente
-Aconsejó que lo pienses bien- dijo con un tono seductor que daba a entender un poco más-, muy bien
Tenía que admitir, sin embargo, que a pesar de conocer su reputación y no haber pensado en James en algo más le divertía coquetear con el de una forma demasiado indecente. Ambos en una lucha de enrojecer al otro; de hacerlos pensé en cosas que, sabían muy bien, no pasarían entre ellos. Era adrenalina, era algo desafiante y sumamente divertido.
- Lo haré- prometió, con una sonrisa seductora
James se volteó para enfrentar a un Leo jugando con un cachivache mientras Nico y Fred charlaban.
Decidió alejarse un tanto del grupo; solo un poco. Necesitaba ese espacio, ese aire para tranquilizarse. Camino hacia el terreno donde el inicio del bosque rozaba los peñascos. Se maravilló, rápidamente, por los árboles. Todos algo antiguos y torcidos de una forma ligeramente siniestra. Hermoso y escalofriante una combinación que parecía funcionar extrañamente bien. Sintió aspereza de la corte a bajo las yemas de sus dedos, trazando pequeños círculos y estrellas por toda la superficie. Pronto, demasiado pronto sintió como una sombra se cernía sobre ella
-Oh- susurró una voz en las sombras-, delicioso, huelo a un delicioso semidiós
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En medio de dos mundos
Fiksi PenggemarUna profecía Dos mundos Dos lealtades Un lado Cómo podrá Jennifer elegir. El Olimpo cae- susurro con voz seca- y esta vez no fallara