Mi otro yo

Intento

El olor de lavanda y la música relajante de la sala de espera del consultorio del psicólogo ponían en estado de alerta a el tricampeón, dudaba que debía de ser de esa manera, pero así era. A su lado una señora de mediana edad no había dejado de limpiarse la nariz mientras lloraba. No creia que él lo hiciera durante las sesiones, pero era realmente estresante tener que soportar llanto sin sentido.
Una notificación llegó a su celular ,al abrirlo descubrió que era desde su cuenta falsa, sabía que varios deportistas ,artistas y cineastas creaban cuentas falsas para pelear contra detractores de sí mismos en internet, era des estresante a decir verdad pero en su caso no lo era de sí mismo ,le valía un comino lo que pensaran de él, pero de Checo ,esa era otro historia, así que después de un día horrible entraba a X para pelear un rato con señores xenófobos e imbeciles y defender la integridad de su compañero de equipo, sabía que a Checo no le importaba lo que se dijera de él en esa red o en cualquiera pero a él sí que le importaba, además uno de sus grandes talentos era ganar las peleas y lo usaba para apoyar al amor de su vida ,no veía lo malo en eso.
El teléfono volvió a sonar con otra notificación de un periodista inútil victimizándose por el odio recibido por los fans de Checo en su cuenta, como si el no lo hubiera provocado en primer lugar, el como presidente del club de fans de Checo en países bajos no permitiría de ninguna manera que ese americano bastardo dejara a los fans de su Sergio mal parados por lo que se preparó para escribir un muy bien planeado y redactado mensaje para ese hijo de puta

-Señor Hamilton

Escucho de los labios de la señorita concentrado en escribir

-señor Hamilton

Repitió esta vez frente a él haciéndolo girar el rostro recordando que se había puesto ese nombre falso para las citas, que pensaran que ese mal parido venía a terapia, no él. Guardo su mensaje en el borrador de su teléfono para después y se puso la capucha para avanzar al consultorio

-buenas tardes, señor Hamilton por favor póngase cómodo

Le dijo la señorita de al menos unos 30 años, tenía el pelo muy lacio y gafas de montura, sabía que era una beta cuando no detecto ningún aroma adicional en el ambiente, otra notificación esta vez del Instagram de su compañero de equipo , una foto del pelinegro muy sonriente con el inútil de Hamilton le hizo hervir la sangre , de repente el blanco de la sala, el olor a incienso y el estúpido ruido de lluvia saliendo de la bocina del fondo sobre el librero le molesto, eso era una absoluta ridiculez y lo sabía, solo había accedido a ese circo para poder estar con Sergio y mientras ellos hablaban quizá Hamilton ya se estuviera preparando para casarse con él. La idea lo hizo hervir de rabia por lo que tomó asiento en la silla más cercana a la terapeuta

-escuche voy a ser muy directo con usted así que ponga atención- le dijo lo que causó que esta lo mirara acomodándose las gafas- hay una persona que me importa mucho y necesito que me diga en este momento como puedo hacer para que se enamore de mí, necesito esos consejos y los necesito rápido

Le dijo mientras ella sonreía

-no soy una casamentera señor Hamilton -le dijo con diversión lo que causó aun mas molestia en el rubio

-sé que no es una casamentera - respondio con la mandíbula apretada - pero me dijeron que aquí resolvería mis problemas con el así que deme por Dios la clave, sea lo que sea que me diga lo haré, pero no podemos perder más el tiempo hablando de mi traumática infancia o sea lo que sea que pregunte que haya hecho llorar a la señora que esta haya afuera

- ¿su infancia fue traumática?

-no es eso a lo que me refería y no saque eso como lo relevante de mi discurso - le dijo un tanto más exasperado
La terapeuta se puso de pie dejando su libreta en blanco en su silla para dirigirse a la cafetera