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Espero sea de su agrado, me encanta ver comentarios es muy bonito.

Cualquier error ortográfico mil disculpas,los arreglaré en cuanto pueda, solo disfruten de esto :]







Intentaba mirar por encima de la mesa, no alcanzaba a ver lo suficiente por lo lejos que se habían centrado dicho invitados, estaba tan distraído que solo vio una figura alta y obscura sentarse al otro extremo del comedor.

Aziraphale bufo un leve puchero, ser pequeño era molesto, levantó la mirada y vio a su madre hablar tan animadamente con aquel desconocido, la voz de ese hombre lo asustaba pero le entraba la intriga.

Miro por detrás de la silla de su madre para ver a sus hermanas, las cuáles miraban al frente con atención, ni que decir de Gabriel que lo vio entrar hecho una furia.

Dejando eso de lado, a veces sentía que pensaba con el estómago y no con el cerebro, lo único que se le pasaba por la mente era tomar aquel pastelillo que Gabriel le había arrebatado hace rato.

Miraba con la boca hecha agua y su estómago hecho un lío.

Enserio tenía hambre, no había cenado ayer y lo poco que había desayunado hoy no le había bastado.

Con toda la pena del mundo, jaloneo la manga del vestido de su dulce madre, pidiéndole con sus ojitos que si de favor podía pasarle un postre.

Su madre, tan atenta y dulce, y sobre todo, como toda madre que conocía a sus hijos le alcanzó uno, haciendo iluminar los ojos de su pequeño.

La mujer sonrió y siguió con su plática,solo se escuchaba la voz de ambos mayores ahí,y realmente la presencia de sus hijos sobraba en el comedor.

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Pasaban los minutos, horas! Y todo estaba totalmente igual, solo que ahora, los niños habían sido retirados hacia una sala, con la excusa de que hablaran entre ellos.

Obviamente, Azira en dichas condiciones fue retirado a su habitación por problemas de salud según su madre.

Regresando al presente.

La habitación en la que estaban se escuchaba absolutamente nada, nadie hablaba o se dirigia palabra, se miraban entre si en silencio bajo la atenta mirada violeta de cierto malhumorado Gabriel.

En la cabeza de Crowley solo paseaba la imagen de aquella cabecita blanca de rizos que había visto hace varias horas, solo eso había podido ver, aún no creía que aquel niño del bosque era príncipe, nunca se le hubiera pasado por la cabeza.

Pero para su tan mala suerte no había podido siquiera verlo, evitando verlo por completo.

Eso lo molesto y aún más el que no lo presentarán o siquiera le dieran un nombramiento, y eso le sorprendió más por parte de la reina que no menciono a un tercer hijo en toda la maldita reunión, no sabía por qué le había molestado tanto ese detallé.

Estaba de brazos cruzados, con su cara de pocos amigos.

Quería salir de ese lugar y estuvo a punto de abrir su bocota de no ser por el sonido de la puerta abriéndose, era su padre en compañía de la dueña de aquel territorio, se les veía alegres.

- Les tenemos noticias y espero que sean de su agrado!_ dijo la mujer con entusiasmo, cediendole la palabra a Lucifer.

- Nos quedaremos aquí de visita por un mes, en reconciliación de los años perdidos por guerras pasadas_ sentenció su padre, Crowley sintió como si su mundo se le viniera abajo.

Maldita sea.

No quería estar ahí por un mes! Se moriria de aburrimiento con estos y no había empacado lo suficiente.

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