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Amity estaba realmente irritada mientras arreglaba su camisa y limpiaba la saliva de la comisura de su boca, caminando hacia la puerta de entrada. Mientras, Luz fruncía los labios, subiendo la bragueta de su pantalón.

Era su primer jodido día de vacaciones y realmente quería tener algo de tiempo con su lobito, ¿por qué mierda los interrumpían en ese instante?

-¡Ya voy!-chilló Amity cuando tocaron otra vez la puerta con
fuerza-. Imbécil..

Su queja se vio cortada cuando abrió y, de pronto, una deplorable Marcy la tomó de las solapas de su camisa, empujándola contra la pared.

-Anne -murmuró en un gruñido-, ¿dónde mierda está Anne?

Amity parpadeó tanto por la sorpresa como por la confusión, su cabeza doliendo levemente por el golpe que se dio contra la pared. Sin embargo, terminó por hacer una mueca de molestia.

-¿Qué voy a saber yo, idiota?-preguntó con brusquedad, queriendo soltarse.

Sin embargo, aunque no lo pareciera por su delgadez, Marcy realmente podía ponerse agresiva y salvaje si estaba molesta o desesperada.

Marcy la soltó, empujándola, y sin decir otra cosa se metió al interior de la casa.

-¡¿Qué mierda, Marcy?! -escuchó el grito de Luz.

-¡Anne!-gritó Marcy, ignorándolo-. ¡¿Anne, dónde estás?!- No hubo respuesta.

Amity volvió a entrar al comedor, irritada. enojada y disgustada por la situación, sin comprender realmente qué estaba haciendo Marcy en su casa, buscando a Anne. ¿Acaso pelearon?

Qué jodida novedad.

Amity realmente no encontraba nada nuevo al hecho de que
pelearan, porque esos últimos meses se acostumbró a verlas discutir por cualquier nimiedad, se acostumbró a ser el hombro donde Anne sollozaba porque su matrimonio se estaba arruinando y no sabía cómo rescatarlo2

A Amity nunca le gustó por completo Marcy para Anne. No llegó a odiarla como ese último tiempo, simplemente, no le terminaba de convencer para pasar el resto de su vida con su mejor amiga. Quizás se debía a que, como mejor amiga de Anne durante toda su vida, no consideraba a nadie demasiado bueno para que estuviera junto a alguien que siempre le sonreía a todas las cosas de la vida, fueran buenas o malas.

No, y Marcy se alejaba por completo de lo que consideraba el prospecto ideal para Anne.

Marcy era... Era alguien demasiado. Bueno, ¿cómo decirlo?

Marcy complementaba a Anne. Marcy era tranquila allí donde
Anne era un desorden. Marcy siempre parecía activarse cuando Anne estaba a su lado. Marcy parecía comprender de una extraña forma a Anne cuando el resto no lo hacía.

Sin embargo, había algo en lo que Marcy no percibía de Anne, algo que Amity consideraba mucho más fundamental que nada en la vida, y era que Anne amaba de una forma tan profunda, tan dolorosa, que si uno no estaba dispuesto a dar todo por Anne, entonces no la merecía tampoco. Esa forma de amar provocaba también que Anne se esforzara el doble, el triple, el cuádruple, el quíntuple, lo necesario, para salvar algo que consideraba fundamental en su vida.

En cambio, para Marcy, si las cosas no funcionaban, simplemente se tenía que acabar con ello para evitar el daño.

Frunciendo el ceño, Amity sacó su móvil mientras Luz la
miraba como pidiendo una explicación, pero ignorando a su novio, marcó el número de su mejor amiga.

El número que usted marca se encuentra apagado o temporalmente fuera de servicio, luego del timbre, puede dejar...

-Hey, Anne -murmuró Amity con su estómago apretado-, cuando escuches esto, por favor, llámame. Te quiero, rayito de sol.

Apego [Marcanne]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora