- DONDE ELIZABETH CANDY MILLER SIEMPRE ha vivido con los traumas de su pasado acechándola, razón por la que su padre la acabó internando en un psiquiátrico durante algo más de un año en Italia. Cuando tiene 13 años, vuelve a vivir con sus padres y s...
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—¿Lista? —no pude evitar dar un pequeño bote asustada mientras llevaba un pequeño bizcocho a mi boca—. Lo siento —se disculpó el pelinegro al ver que no había termiando mi comida. Reí suavemente.
—Tranquilo, estoy lista —aclaré mientras me limpiaba la boca y tomaba un último sorbo de agua.
—Bien —volvió a sonreír de lado a lado y tiró de mi muñeca, lo que me hizo despedirme con rapidez de mis amigos, que veían la situación divertidos.
Me estuvo explicando lo que planeaba enseñarme y no hice más que asentir. Definitivamente, se le veía decidido a que se me diese bien. Cuando llegamos al campo, me tendió una botella de agua.
—La necesitarás. Fui a pedirla a las cocinas. La hidratación es importante —asentí. Me gustaba el deporte, así que sabía de la importancia del agua en cualquier deporte— Tengo que preguntar para saber la intensidad del entrenamiento, ¿haces deporte de manera frecuente? —asentí en respuesta y empecé a explicarle que llevaba años haciendo volleyball y otros deportes durante años. Asintió complacido—. Bien, entonces te resultará más fácil. Puede parecer que no, pero el vuelo requiere una gran condición física y resistencia —me tendió una escoba. Era preciosa—. Es mi bebé, cuídalo —bromeó mientras cogía otra escoba similar. Genial, esperaba no pegarme la ostia de mi vida y cargarme su escoba. Asentí nerviosamente—. Quiero empezar viendo un poco cómo vas. ¿Sabes como empezar a hacerla funcionar?
—Sí, la profesora Greyjoy me lo explicó el primer día —James sonrió y se hizo a un lado, observando como me montaba en la escoba. No tardó en empezar a corregir cualquier mínimo detalle que estuviese haciendo mal y lo agradecí porque rápidamente empecé a notarme mucho más cómoda en la escoba.
—Bien. Lo siguiente, es necesario que entiendas los efectos del vuelo en tu cuerpo, para saber que esperarte. Tu familia es muggle, ¿verdad? —asentí brevemente y siguió hablando mientras se montaba en la escoba—. Bueno, pues entonces piensa en un coche. Como tu cuerpo reacciona al acelerar y frenar. Sentirás algo parecido, pero más intenso, ya que: uno, vamos más rápido y la aceleración es mucho más a lo bestia, y dos, porque no tienes la protección del coche, por lo tanto tu cuello y otras articulaciones sufrirán mucho más, por lo que vendrían bien entrenamientos extra para fortalecerlas —hizo una pausa—. ¿Vas bien? —asentí, emocionada porque me estaba encantando la manera en la que lo explicaba. Sonrió ampliamente y siguió—. Ya para nota, puedes ponerte más técnico. Los muggles sufren algo parecido, por no decir casi igual, en cosas como la Fórmula 1, ¿lo conoces? —asentí. Mi hermano llevaba años amando la Fórmula 1 y, como consecuencia, me había pasado esa obsesión a mí—. Pues pasa lo mismo, sufren la fuerza de aceleración y frenado, la fuerza G, necesitan mucha fuerza en el cuello y eso, aunque en el Quidditch normalmente se necesita aún más fuerza porque nosotros no tenemos esa protección del coche. Por favor, párame si te aburro —sonrió, algo sonrojado.
