《ᴄᴏɴɴᴏʀ ᴘ3》

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•ᴠɪᴅᴇᴏᴊᴜᴇɢᴏ: Detroit Become Human•

•ᴀᴅᴠᴇʀᴛᴇɴᴄɪᴀs: ⚠Esto principalmente iba a ser una historia, pero me arrepentí y lo he querido subir como One Shot. No os extrañeis por la estructura de los capítulos, es totalmente distinta a la de los demás•

•ᴍᴀʟᴇ ʀᴇᴀᴅᴇʀ•

•ᴘᴇᴅɪᴅᴏ ᴘᴏʀ: mi.•

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5 de Noviembre, 2038

1:26 A.M

Aquella noche no estaba prevista, y mucho menos acabar en aquella situación. Finales de otoño, seguramente menos de 10 grados; hacia frío, demasiado. Podía sentir sus manos sumergirse en una capa congelada, como si su propia sangre no fuera capaz de hacer desaparecer aquel sentimiento. Su cuerpo no reaccionaba, no mostraba ni el mínimo interés en funcionar de nuevo y poder moverse libremente por aquel coche. Asientos de tela negra, cómoda, sucia. Interior cubierto por un oscuro color tinto, o tono carbón, no lo tenía claro; sus ojos estaban abiertos, de par en par, pero aún así no veía nada. Sentía su mundo alrededor moverse constantemente, sabía donde estaba, hacia donde iba, con quien viajaba, pero sin embargo, no era capaz de saber el porqué.

¿Por qué se había despertado en mitad de la carretera?

Su respiración era sosegada; inhalaba, exhalaba. Ya no era errática como hora atrás, ya no vomitaba sangre como hacia unos minutos. Su piel perduraba de un preocupante tono amarillento, pálido; de un completo enfermo. Y aún así, Aleck no se molestaba en pedir ayuda. No podía hablar, su garganta estaba seca, sabía mal, y todavía podía notar el metálico sabor de la sangre entre sus encías y llagas. Podía notar su nariz taponada, no era por congestión, solo se trataban de dos pañuelos metidos hasta una profundidad considerable, queriendo evitar que más líquido burdeos cayera sobre su ropa y labios.

Hacia frío, y también calor.

¿Qué estaba haciendo antes de acabar allí? Ah, sí, como olvidarlo. Estaba cabreado porque Charlie Miller no había entregado su informe. Lo despediría, estaba seguro. No estaba exagerando ni estaba precipitándose. No era la primera vez que aquel joven olvidaba sus responsabilidades. Y tampoco la primera vez que recibiría un escarmiento por parte de Campbell. Todos en la oficina estaban acostumbrados; familiarizados en ver a Aleck Campbell gritar a sus compañeros hasta notar sus venas resaltadas, ver como escupía entre insultos y maldiciones, y con más dolor, quedarse con un mal sabor de boca al verlo irse con una mano rojiza tras darse un gran golpe contra la mesa. Estaba prohibido formar un escándalo en zonas de trabajos, el que lo hiciera quedaría en el borde de recibir una sanción por el capitán Flowler. Pero era Alexander Campbell, jefe del Departamento 8 de Criminalística.

El podía hacer lo que le diera la gana.

"Killing Me Softly With His Song" ¿Quién no conocía tal canción? Su cuerpo recibía un escalofrío inevitable cada vez que la letra resonaba en su mente. No sabía cómo expresarlo, pero era capaz de admitir sin problemas que era una de las pocas canciones capaces de sonar un millón de veces en su vida y no cansarse de ella jamás. Era simplemente...tan espectacular. Oírla, sentirla, bailarla, ¿acaso se podía bailar? Ni idea, pero para Aleck era una sinfonía tan sencilla y original que podía escucharla hasta en momentos como aquel. Moribundo, casi sin movilidad ni fuerzas para respirar; pero capaz de sentir aquella penetrante música taladrar su cabeza de la mejor forma.

Abrió los ojos de nuevo, tras minutos de haber soñado despierto. Observó hacia arriba, al techo oscuro del coche destartalado, cubierto por una fina capa de tela que no parecía soportar ni un viaje más. Resopló, era lo único que podía hacer. Se removió, acomodando su cabeza en las piernas del Androide y observando el rostro del mismo. Fijó sus ojos miel, entrecerró sus parpados e hizo el vago intento de perfeccionar su vista. Simplemente se rindió, cerrando de nuevo sus ojos y queriendo dormir todo lo que no había descansado en semanas...incluso meses.

𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 𝐕𝐀𝐑𝐈𝐎𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora