《sᴘᴀɪɴʀᴘ》

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•sᴇʀɪᴇ: SpainRP•

•ᴀᴅᴠᴇʀᴛᴇɴᴄɪᴀs: Algunas cosas de la historia son inventadas debido a falta de fuentes o de un rol verdadero. Sorry :(( (no sigue un orden cronológico del todo cierto)•

•ғᴇᴍᴀʟᴇ ʀᴇᴀᴅᴇʀ•

•ᴘᴇᴅɪᴅᴏ ᴘᴏʀ: mi•

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Esperó pacientemente a que la sirena del patrulla se hiciera presente, aguantando el fusil en su pecho y agarrando la empuñadura con fuerza, moviendo sus ojos de un lado hacia otro. Bajaba por cada segundo que pasaba el borde de su pasamontañas, asegurándose de que su rostro no fuera descubierto, y no menos, su identidad. Frunció el ceño, confusa de que los policías no iniciaran con la carrera, como a Nuwa le gustaba llamar. Hizo contando visual con Culebra, elevando los hombros en señal de él tampoco saber. La mujer chasqueó la lengua, asomando lentamente la cabeza por la puerta de cristal, (rota debido a un "pequeño" choque con la moto de uno de los policías), observando al molesto superintendente gritar a todo pulmón a los pobres cadetes que habían llegado tarde. Soltó una pequeña risa disimulada, no queriendo llamar la atención de los oficiales que protegían la puerta por si había una posible huida momentánea.

-Estoy llegando tarde a la reunión con Gringo, ¿por qué no nos podemos ir ya?-Su tonó de voz era bajo, habiéndose acercado al chico de gorra y bandana para que los picoletos no le escucharan-

-Yo que sé, siempre tardan demasiado-La infantil voz del chico le causó gracia, caminando de nuevo hacia la puerta de la licorería-Deberíamos darles un aviso, uno rapidito-

Sus ojos rasgados miraron de reojo al joven, soltando una tosca risa corta y viendo hacia el frente, donde al parecer el superintendente se fumaba un cigarro la mar de tranquilo. Habían llegado hace más de media hora, arrestaron contra la pared a los rehenes que habían y fueron directos al grano. La policía acudió a la alerta; dos patrullas y una moto, que no tardaron en empezar a negociar con Culebra. Mientras, Nuwa guardaba todo el dinero de la caja fuerte. Y desde que entregaron a los rehenes y quitaron algunas preferencias por parte de los mafiosos, los policías se habían tomado todo con tranquilidad, como si todo lo malo se hubiera ido de un momento para otro. Era normal que ahora los ladrones estuvieran enfadados, si el "increíble" superintendente Conway no había dado por comienzo la esperada persecución que los llevaría a la victoria en menos de cinco minutos.

-Si no hacen nada, dispararé-Habló con su notable acento chino. Sus palabras iban dirigidas hacia Culebra, pero lo suficientemente altas para que los policías en la puerta se enteraran-

Los vio observarse de reojo, tragando duro al no saber qué hacer. No era la primera vez que veían a aquel par hacerse algún badulaque o licorería, e incluso juraban haberlos visto en uno de los pocos robos al banco central o en el norte. Tanto los sheriffs como la CNP estaban cansados de las constantes victorias que se marcaban aquella pareja de jóvenes atracadores, quienes en incognito trabajaban en una de las mafias más peligrosas y seguidas en Los Santos. En ojos de los nuevos cadetes eran solamente unos adolescentes con ganas de probar lo que se sentía ser perseguido. Pero para los oficiales como Greco o Conway, sabían que no era la primera vez que salían con los bolsillos llenos. Uno de ellos, el que se hacía conocer como "Culebra", era experto en la tecnología, y sobre todo, en negociar con buenas palabras. Mientras que su acompañante, que sin nombre siempre era llamada, se encargaba de conducir de una de las maneras más macabras pero profesionales posibles. Unos completos suicidas.

-¿Diga?-Confundida atendió a la llamada entrante en su teléfono, sabiendo de inmediato de quien se trataba con tan solo una palabra dicha-奇诺,警察什么也没做-

𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 𝐕𝐀𝐑𝐈𝐎𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora