A Late Night Waltz [EN PROCESO]

SEIS

Capítulo 6: No quería enamorarme, sino que quería ascender (Parte 1)

Número 31A, Kippen
Stirlingshire occidental, Escocia

Finales de junio de 2000

—En realidad, Kippen no está tan desierto, señor. Usted y el conde llegaron demasiado pronto en la temporada. A partir de julio, muchos propietarios de Edimburgo, e incluso de Inglaterra, empezarán a llegar para pasar sus veranos aquí— Chinnarat caminó por la mansión, acompañando a Tay mientras capturaba cada rincón de 31A.

—Estos son los vitrales, señor— añadió Chinnarat, señalando la ventana.

Tay Tawan dirigió su Leica M4-P de 1987 hacia las coloridas ventanas al costado de la mansión. Apuntó a diferentes ángulos con manos hábiles. —¿Son reales?

—Sí, señor Tay. Estas ventanas son algunas de las pocas piezas que sobrevivieron antes de que se renovara la mansión— Chinnarat se movió hacia atrás, dándole espacio a Tay para apuntar libremente.

—Si no me equivoco— continuó Chinnarat, —el vitral es una obra de Herbert Hendrie, el mismo artista que coloreó las quince ventanas de la iglesia de Kippen.

—¿La iglesia al pie de Gargunnock Hills?

—Correcto, señor. Puedo llevarte allí si quieres verlo por ti mismo— Chinnarat se dio la vuelta y contempló el amplio césped que tenía delante. —Ah, también lo es la fuente de agua, señor.

Tay se giró y apuntó su cámara a la fuente de agua en el medio del patio a la que apuntaba Chinnarat. —¿Eso también es auténtico?

Chinnarat asintió. —El cuerpo está hecho de mármol y su base es de granito. Parece que fue hecho en francia, pero no lo sé con certeza. Y si el señor Tay mira más de cerca, puede ver que algunas de las esquinas estaban cortadas. Lo hemos mantenido así.

Tay chasqueó la lengua con asombro, se dio la vuelta en un pequeño círculo, mirando boquiabierto la mansión abrumadoramente grande. —Un lugar así de bonito, sería una lástima que Jumpol acabe vendiéndolo.

Chinnarat sacudió la cabeza. —¿El conde planea vender la mansión, señor?

—Hmm... Pero aún no ha tomado una decisión, Sr. Chinnarat— Tay sacó su rollo de película y lo reemplazó por uno nuevo. —Por eso estamos aquí. Jumpol quiere echar un vistazo a la casa antes de tomar una decisión.

Chinnarat miró al vacío, sus ojos parecían sumidos en pensamientos.

—¿Señor Chinnarat?

—¡Ah!, ¿Sí, señor?— Chinnarat saltó.

—¿Puedo acercarme a la fuente?, Quiero ver las esquinas cortadas.

Chinnarat aún tenía que responder a la solicitud de Tay, cuando escucharon la bocina de un auto sonando desde la puerta principal. Un Saab plateado del 9-5 entró por la puerta abierta y cruzó el adoquín que dividía la extensión de césped.

—¡Chinnarat!

El conductor asomó la cabeza por la ventanilla, gritando fuerte mientras agitaba la mano, incluso antes de que el coche de 1999 estuviera perfectamente aparcado.

Un joven, que vestía una chaqueta granate con el logo del Kings College, se bajó del volante. El niño corrió tan rápido como pudo y se estrelló contra Chinnarat sin previo aviso. Abrazó con fuerza al mayordomo de la familia Adulkitiporn, sacudiendo su cuerpo.

—¡Chinnarat!, ¡Te extraño muchísimo!

Tay parpadeó, mirando asombrado al chico de piel lechosa mientras gritaba un poco más y se aferraba al mayordomo.