ONCE

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CAPITULO ONCE: El golpe de la reminiscencia (Parte 2)

Mansión Sangpotirat, Kippen
Stirlingshire occidental, Escocia

Cumpleaños de Krist, 1898

Gun se alejó corriendo sin pensar, acercándose a la multitud de chicas al otro lado de la habitación. En realidad, no estaba acostumbrado a pedirle a otras personas que bailaran con él, pero estar muy cerca del hijo de Conde Adulkitiporn podría dañar gravemente su cordura.

Hhhh, me gustaría ir a casa...— Esta era exactamente la razón por la que había insistido en negarse a asistir a la fiesta de cumpleaños del vizconde Krist. Pero su hermana se moría por venir y él no tenía el corazón para dejar que Pim se fuera sola. Maldita sea la criatura llamada Off y toda su absurda personalidad.

—¡Hermano!, Que casualidad, ven a bailar conmigo...

Pim tomó el brazo de su hermano y lo llevó al centro de la pista de baile.

—¡Qu-e, Pim!— Gun fue arrastrado, no tuvo más remedio que seguir a su hermana. —¿Qué diablos, Pim?, Me siento bastante furioso, no me provoques aún más— refunfuñó Gun.

—¡Shhh!, ¡Yo también estoy furioso contigo, sujeta mi cintura!— Pim agarró la mano derecha de Gun, obligándola a tocar su cintura.

Los dos gemelos bailaron a pesar de las oleadas de tensión, guiados por el gramófono de Eugen Doga.

—¡Ouch!, Me pisaste, Pim. ¿Hiciste eso a propósito?— Gun hizo una mueca, pero los pasos de los hermanos Phunsawat permanecieron sincronizados con el ritmo.

—Dime, hermano...— Pim pellizcó el borde derecho de su vestido, Gun sostuvo su mano izquierda, la hija del vizconde Phunsawat giró con gracia. —¿Por qué apostarían estas chicas a que Conde Off me invitará a bailar?

—¿Eh?, ¿Qué estás diciendo, Pim?, ¿Cómo iba a saberlo...?— Gun luchó por seguir el ritmo de los movimientos de su hermana, que parecían estar muy influenciados por la ira.

—No bromees, hermano. ¿Por qué todo el mundo considera que el Conde Off y yo somos una pareja increíblemente compatible desde la última vez que bailamos...? — Gun miró a su hermana con los ojos muy abiertos. —.. ¿Mmm?, ¿Cuándo he bailado con él?

Gun tragó saliva.

—Uh, sobre eso, Pim...— ¡Maldita sea!, ¿Por qué la gente todavía recuerda ese baile espantoso?

—¿Hermano?, No me digas que hiciste lo que estoy pensando...

Gun sonrió tímidamente.

—¡Hermano!, Por Dios, ¿bailaste con él cuando fingiste que eras yo?!

—Shhh... ¡baja la voz, Pim!

—¡Sabes que no tengo intención de perseguir al Conde Off!, ¿Estabas loco?. Por si lo has olvidado, hermano, los Phunsawat no son lamebotas.

—¿Qué se supone que significa eso?— Gun lo fulminó con la mirada.

—¡Ay!— Pim chilló, Gun deliberadamente pisó el pie de su hermana.

—¿Crees que me humillé conscientemente delante de esa comadreja?, Escucha, Pim, aunque me pida permiso cortésmente, ¡jamás permitiría que alguien como él te corteje!

—¿Por qué te enojas?, ¡Yo soy la que debería estar furiosa!

Gun suspiró profundamente. Desde su encuentro con el Conde Off, por alguna razón sintió que su vida había sido un rápido descenso hacia el caos total.

A Late Night Waltz [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora