After Us (Chaelisa)

After Us - 3

—¿Roseanne?—preguntó Lisa quitándose la capucha que aún traía encima.

—Lisa...—susurró la rubia tragando duro—Tú... estás aquí...en San Francisco—

Lisa no sabía que hacer. Su corazón le rogaba que se acercara y la estrechara entre sus brazos pero su cuerpo estaba inerte. 

—Yo...—Lisa sentía su boca completamente seca y su mente parecía haberse congelado—¿C-Cómo estás?—

¿En serio acababa de preguntarle eso? No podía creerlo. Que alguien le pegara un tiro ahora. 

Roseanne abrió y cerró la boca varias veces pero no salía ninguna palabra de sus labios. 

—¿Qué haces aquí?—preguntó finalmente. Parecía poco a poco estar recuperándose del shock inicial pero Lisa no podía decir lo mismo. 

—Corriendo— 

—Eso no es...—Roseanne sacudió su cabeza lentamente—Me refiero a qué haces aquí. En San Francisco—

—Oh...—Tal vez Jennie tenía razón y tantos golpes sí la dejaron algo tonta—Estoy trabajando. San Francisco Bulls me fichó— 

—Oh vaya... eso es increíble—dijo Roseanne con la sorpresa reflejada en su rostro y luego, contra todo pronóstico, sonrió—Me alegro mucho, Lisa— 

—¿Lo haces?—preguntó la pelinegra. 

Siempre imaginó que Roseanne le deseó lo peor pero entonces debió saberlo mejor. Roseanne no era así. Ella siempre le demostraba quién era la mejor persona. 

—Claro—volvió a sonreír aunque había cierta incomodidad en su sonrisa—Has trabajado desde siempre para esto. Si alguien lo merece, de seguro eres tú—

Lisa tragó con esfuerzo el nudo que se formó en su garganta. 

Roseanne también había trabajado toda su vida por llegar lejos en su trabajo. Por su compañía. Y lo perdió todo. Renunció a todo por ella. 

—¿Q-Qué hay de ti?—preguntó sin atreverse a acercarse más—¿Estás bien?— 

Roseanne pareció dudar un segundo pero finalmente asintió. 

—Lo estoy— 

—¿Estuviste todo este tiempo en San Francisco?—preguntó Lisa sin poder evitarlo. No podía dejar de pensar que no podía ser sólo una coincidencia que las dos estuvieran en la misma ciudad en ese momento. 

Roseanne volvió a asentir pero desvió la mirada antes de responder. 

—Necesitaba un cambio. Alejarme de todo... Y empezar de nuevo—

Lisa tragó duro. Ni siquiera podía imaginar lo difícil que debe haber sido para ella dejar todo atrás y empezar de nuevo cuando tenía la vida que siempre había soñado. 

—Entiendo—dijo la pelinegra metiendo las manos en sus bolsillos. 

—Uh... yo... debería irme—dijo Roseanne mirándola de nuevo y removiéndose inquieta en su lugar—Fue... inesperado encontrarte. Pero es bueno saber que te va bien— 

Detenla, se decía Lisa. No permitas que se vaya. 

—Si... yo... seguro. Fue bueno verte... Roseanne— 

—Supongo que nos veremos por ahí—dijo Roseanne sin sonar demasiado convencida. Lisa estaba segura que Roseanne probablemente iba a evitarla a toda costa. 

—Claro—

Lisa observó como Roseanne caminaba deprisa hasta el estacionamiento del Palacio de Bellas Artes. La observó meterse rápidamente en un sedan blanco y perderse al poco tiempo en las calles de la ciudad.