After Us - 30

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Lisa se puso de pie y comenzó a caminar por el pasillo pues le era imposible quedarse quieta.

No sabía cuánto tiempo había pasado desde que Roseanne ingresó a la sala de operación ¿Dos horas? ¿Tal vez tres? Ciertamente para la pelinegra se sentía como una vida entera. 

—Todo va a salir bien—dijo Jennie poniendo una mano sobre el hombro de su mejor amiga y dándole un pequeño apretón. 

—Sí...—asintió Lisa—Todo saldrá bien—

Es lo que se había estado repitiendo sin descanso los últimos días y en especial aquella mañana. 

Flashback 

—Vas a ser buena niña y vas a obedecer a tus abuelos ¿verdad?—le preguntó Roseanne a Lily. 

—Si, mami—prometió la pequeña. 

Roseanne asintió y abrazó a su hija. La estrechó entre sus brazos y la llenó de besos, consciente de que podría ser la última vez que la sostuviese. 

Lily se quedaría esa noche con sus abuelos, los padres de Lisa, ya que ellas tenían que estar en el hospital muy temprano al día siguiente para la operación. 

—No olvides que te amo ¿de acuerdo?—le susurró a la pequeña en su oído—No importa lo que pase, quiero que sepas que eres el mejor regalo que pude desear y estoy muy orgullosa de que seas mi pequeña princesa— 

—No lo olvidaré. Yo también te amo y me alegra que tú seas mi mami—dijo la pequeña—¿Por qué lloras, mami? ¿Estás triste?

Roseanne sonrió y negó con la cabeza mientras intentaba secar sus lágrimas. 

—No, cariño. Es sólo que no me gusta la idea de pasar unos días sin ti—respondió la rubia—Te extrañaré muchísimo y creo que me harán falta tus besos y tus abrazos— 

—Pero mami... puedo darte un montón de besos y abrazos cuando salgas del hospital—dijo Lily. 

—Lo sé. Estoy siendo tonta ¿No es así?

—No, mami. No eres tonta—La pequeña se acercó más a la rubia para decirle en voz baja, a modo de secreto—Está bien tener miedo. Yo también tengo un poco de miedo... pero sólo un poquito— 

—¿Sólo un poquito?—preguntó Roseanne—¿Cómo lo haces para tener sólo un poquito de miedo?— 

—Porque soy una Manoban. Y mami Lis dijo que los Manoban nunca tienen miedo—explicó la pequeña. 

—Uh... ya veo. Me temo que entonces tendré que buscar otra manera de no tener miedo

—Está bien, mami. Puedo darte de mi fuerza Manoban para que no tengas miedo—dijo la pequeña antes de abrazar a su mamá. 

Roseanne sonrió y disfrutó de aquel abrazo. 

Desde un rincón Lisa observó la interacción entre las dos mujeres más importantes de su vida y tuvo que hacer un enorme esfuerzo por no desmoronarse ahí mismo. Sabía lo que estaba pensando por la cabeza de Roseanne. Sabía que temía que ésta fuese la última vez que sostendría en brazos a su hija y el pensamiento la destrozaba. 

En las últimas visitas al doctor, este insistía en que era optimista pero Lisa no podía dejar de pensar en los riesgos que la operación podía conllevar, una de ellas siendo que Roseanne no la resistiera. 

After Us (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora