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- Beomgyu ya está aquí, ¿Que tal me veo? Cuestionó el menor, saltando de la emoción en sus adentros cuando Soobin le dio el visto bueno.
- Oye.. no creo que pueda hacerlo.
- Tu tranquilo, primero vamos a beber para perder la vergüenza y algo de nuestra dignidad.
- Bien..- Murmuró de mala gana siguiendo a su amigo. La verdad es que Soobin no estaba listo para hablar con Yeonjun, ni siquiera estaba seguro de poder compartir el mismo espacio con el pelirosa y que este notara su presencia sin morir de ansiedad. Pero no sabía como decirle a Taehyun. En todo caso, ¿que le diría? Oye, no puedo distraer a Yeonjun porque el es a quien he estado persiguiendo por meses y si me reconoce podría denunciarme. Claramente no. Debía ayudar a su amigo, no quería que por su culpa este pasara una mala noche, aunque la situación era sumamente estresante y solo podía rogar que Yeonjun ni siquiera supiera quien era el.
Quería creer que tomar un poco le ayudaría a calmar sus nervios pero ya iba por su segunda jarra de alcohol y seguía temblando y sudando frió como el primer momento en que su amigo le pidió ayudar con Yeonjun.
- ¿Crees que debería ir ahora, antes que alguien más se le acerque? Está muy lindo hoy.
- Tu igual, ya los vi cruzar miradas como cien veces, obviamente está esperando que te le acerques hombre. Ademas no veo a su amiguito cerca ¿Que esperas?
- Bien.- Asintió un Taehyun más lleno de confianza, y Soobin solo pudo verlo desaparecer entre la gente mientras se dirigía a Beomgyu.
Estaba orgulloso.
No pudo evitar sentir algo de envidia, deseaba que fuese así de fácil para el también. Pero quizás había algo mal en el, temía que Yeonjun lo viera y le daba pánico acercarse de forma "normal" a el. Sobre pensar en todo lo que podría salir mal había arruinado su forma de acercarse a la gente y como se veía a sí mismo.
Todos aquellos pensamientos se desvanecieron cuando terminó su segunda jarra, ya estaba cansado y Yeonjun ni siquiera estaba allí, quizás volvería al cuarto de su amigo a tomar otra siesta.
Quiso voltear y quizás era su mala suerte o su ángel de la guarda, pero supo distinguirlo, mientras era insultado por chocarse contra alguien.
- ¿Donde tienes metidos los ojos? Imbécil.- Bufó el pelirosa ahora atrapado en los brazos del menor. Vaya forma de agradecer que no lo haya dejado caer al suelo.
Soobin ni siquiera pudo decir que lo sentía, había actuado en automático y ahora estaba petrificado ante el amor de su vida. Yeonjun solo volvió a ponerse de pie y seguir bebiendo. Fue entonces que el menor reaccionó y pudo observarlo bebiendo vodka.
- Está loco.- Murmuró observándolo tambalearse por momentos, quizás podía dejar esa "siesta" para otro momento. Soobin no comprendía por qué Yeonjun estaba tomando alcohol puro si es que estaba loco o simplemente estaba intentando sufrir un coma etílico, pero por su estado en que apenas podía mantenerse de pie, estaba seguro que podría acercarse y el siquiera recordaría haberlo insultado hace solo uno segundos. Al principio le parecía gracioso, había elegido verse bien para alguien que se tambaleaba de un lado a otro, Yeonjun ya estaba totalmente ebrio y el chico tímido que conocía se había esfumado, y ahora estaba coqueteando con cuanto idiota se le cruzara por delante. Su paciencia estaba comenzando a agotarse.
