ifrgtyou

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Quizás habían pasado todo el día con sus bocas una sobre otra, o quizás Taehyung no había hecho aquello que había afirmado, pero Beomgyu no escuchó el auto o la puerta cuando comenzaba a acariciar el pecho de Yeonjun, resistiéndose a arañarle la piel con la tan increíble sensación de los besos subiendo desde su cuello a sus labios. Sus dedos se enroscaron y un gemido suave se perdió con el sonido de la voz de Taehyung en la entrada de la casa.

—¡Yeonjun, mira lo que tengo aquí!

Se separaron agitados y Beomgyu tuvo que limpiar el hilo de saliva que cayó por su mentón.
Quizás habría sido un poco desagradable de no haber tenido la lengua de Yeonjun dentro de su garganta, saboreándolo a fondo por tanto tiempo que sentía sus labios sensibles.

Se ordenó a sí mismo y vió a Yeonjun echarle una última mirada mientras se ponía de pie para ir al encuentro de su padre.

Una vez más, estaba comprobando lo mucho que le preocupaba que realmente pudieran ser pillados juntos.
A pesar de todo, Beomgyu no podía dejar un corazón roto, si al menos era lo suficientemente importante para llegar a tal punto si se iba del lado de Taehyung.

—¡Joder! —Fue el chirrido incómodo de Yeonjun cuando estuvo fuera de su vista. —¡No hagas eso!

Sin embargo, Beomgyu no tuvo que esperar demasiado para mirar correr una bola de pelo por ahí, olfateando rápido y manteniendo la cola erguida mientras inspeccionaba alrededor.
Aunque el enorme cuerpo parecía de un adulto, la cara fue de un cachorro lindo.
Fue cuando los ojos del animal y los suyos se encontraron, que lo sintió correr en su dirección y saltar sobre él mientras su párpados se apretaban cerrados para recibir el impacto.

—Uh, te encontró… —Fue el murmullo de Yeonjun, que sonreía en el extremo contrario de la habitación. Beomgyu le sonrió también. —Mi padre tuvo que ir a reclamar por su cachorro a mamá.

—¿Eh? —Beomgyu soltó, sin saber cómo preguntar al respecto, hasta que simplemente lo hizo. —¿Ella tenía a este cachorro y él lo robó?

—Me lo regaló a mí, pero mi responsabilidad afectiva es mala, así que se lo dejé a mi madre.

Beomgyu lamió sus labios, todavía resintiendo la sensibilidad provocada por Yeonjun y sus mordiscos.
Ambos sonrieron de manera cómplice y, mientras Beomgyu acariciaba las orejas del cachorro, interrogó:

—Mala responsabilidad afectiva, ¿eh? —Y asegurándose de que su prometido aún no hubiese entrado, señaló su pensamiento sobre Yeonjun. —Eso no es aceptable para quien es sensible del corazón.

—¿Eres sensible?

—Lo soy. —Respondió con seguridad. —Necesito cuidados específicos o voy a enojarme y luego entristecer.

Yeonjun soltó una risa divertida, pero sus ojos le dijeron que había captado correctamente la advertencia.
Taehyung cruzó finalmente la puerta con bolsas en las manos. No parecían ser comestibles, o al menos para ellos, sino cosas necesarias para cuidar del cachorro. A Beomgyu le pareció adorable de la misma forma que extraño.

—Papá odia que yo tenga algo que él haya llamado suyo y no pueda mantenerlo para mí. También odia a mamá, así que… —Terminó con un encogimiento de hombros y Beomgyu sonrió, divertido.

Se centró en el cachorro, aunque por dentro todavía esperaba que Taehyung lo saludara o le diera siquiera una mirada. Quería poder arrepentirse de lo mucho que había disfrutado de la boca de Yeonjun. Quería mandar al demonio todos sus deseos y mantenerse firme a su compromiso, donde había elegido estar y, que hasta antes de Yeonjun, jamás le había costado mantener su lealtad ni mental ni mucho menos física.
Pero Taehyung todavía no hizo nada y él no estaba seguro de tomar nuevamente la iniciativa de acercarse.

¡Hey, Noona!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora