Epílogo

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Katsuki Bakugou se encontraba frente a la casa de los Midoriya, Deku tenía semanas sin dirigirle la palabra, o la mirada si quiera... y hace una semana simplemente dejó de ir a clases.

Tocó el timbre...

Nada.

Una vez más...

De nuevo, nada.

Esto le parecía extraño, ya que la señora Midoriya siempre se encontraba a esas horas en casa. "Seguro salió a hacer las compras". Pero le urgía ver a Deku, y no iba a tolerar más la ley del hielo de su parte, así que comenzó a ver por la ventana a lado de la puerta.

No había muebles.

Algo en la mente del rubio hizo click, no podía creer que fuera posible, rápidamente, forzó el pomo de la puerta y entró.

 No había nada, más que una que otra caja con basura.

Katsuki no lo podía terminar de creer, después de haber visitado esa casa tantas veces desde que era solo un niño, simplemente ahora estaba vacía.

Desconcertado, recorrió el lugar, en ese pequeño sitio que ahora parecía más grande sin todos esos muebles que lo llenaban. "Se fue".

Decidió subir a la que era la habitación del peliverde, como supuso, también había solo cajas con basura. Sin embargo, hubo algo que llamó la atención el rubio, un cuaderno harapiento que se encontraba encima de una de las cajas, rotulado con marcador naranja. Lo tomó.

"KACCHAN" estaba escrito, "Ese nerd escribió otro de sus estúpidos diarios" pensó, decidió abrirlo, creyendo que solo encontraría insultos hacia su persona.

Para cuando Katsuki terminó de leer las primeras páginas, ya tenía un nudo en la garganta, intentando convencerse a sí mismo que lo que Deku describía en aquellos manuscritos eran falacias. Se sentó en las escaleras de esa casa, dispuesto a leer atentamente cada página, hasta encontrar algo que pudiera desmentir.

Simplemente no lo logró. Después de un par de horas llegó hasta la última página, donde Izuku cortó los lazos de una vez por todas en una última despedida, que creyó que jamás llegaría a Katsuki.

Atónito, pensando en cómo hizo sufrir al pecoso, sin haberse percatado siquiera de lo imbécil que había sido. Se había dejado llevar por la grandeza de estarse preparando para ser uno de los mejores héroes y lo botó sin explicación alguna creyendo que un mukosei no sería adecuado para su estatus. Por eso había iniciado su relación con Kirishima, sin embargo, no podía dejar de pensar en el peliverde y por eso había ocasiones en las que sencillamente no podía dejarlo ir, yendo tras de él sin darse cuenta cuánto lo estaba atormentando. Aun así, su estúpido ego pudo más y cada vez que estaba a punto de recuperarlo, se acobardaba.

Katsuki respiró hondo, avergonzado por finalmente haber abierto los ojos, y adolorido por lastimar a su amor de toda una vida. Cerró el cuaderno y lo guardó en su mochila, saliendo de aquel silencioso inmueble.

Caminando a casa, pensó que no había nada más que hacer, podía buscar a Izuku, pero... no iba a poder con su propia culpa, ya no quería atormentarlo más.

Era hora de que ambos se soltaran.

FIN.

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Holiss espero que la historia haya sido de tu agrado!!

Madre mía, me aventé todas las redacciones en menos de tres días. Es lo menos que les debía por dejarla inconclusa por 3 años.

Honestamente, aunque la haya pausado tanto tiempo, siento que es la historia que más me llena de orgullo.

Mientras redactaba este final, se me había ocurrido hacer una secuela donde sus caminos se han cruzado, ya sanitos mentalmente xD pero honestamente me gustaria continuar con "Dualidad: Deber o Amar". Así que hasta nuevo aviso, este es el final definitivo de "El Diario de Un Nerd".

Tal vez abra un libro-blog respondiendo algunas preguntas u opiniones, así que si tienes alguna dejala aqui en los comentarios.

Hasta aquí mi reporte, Joaquín.

Atte. Cherry.







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