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Tim

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Tim.

Desperté más tarde de lo normal, hoy no había puesto mi alarma, tomé una ducha rápida, al salir ordené mi vestuario y me lo puse, tomé el celular y recordé que había aceptado ir a Charlotte con Taylor, no estoy arrepentido aún pues en serio quiero conocer Charlotte, Tay había respondido a mi mensaje así que abrí el chat.

Taylor

Bien, me alegra que te unas
a la aventura vaquero, no
te preocupes, hoy mismo te
veo para guardar tus cosas.

Cierto, bajé a desayunar con Martha, ambos hablamos de todo un poco como siempre, ella dijo que había hecho lo correcto al decidir ir allá con Taylor, me dijo que cuando el tiempo pasa te sueles arrepentir mucho de no viajar. Al terminar de desayunar salí en busca de una maleta, por fin encontré en el celular una tienda de accesorios y elementos para viajar, allí compré una maleta que me pareció preciosa por su hermoso color, simplemente fue un deleite a mis ojos, una maleta común como las demás pero en un color "verde", no cualquier verde un verde elegante, uno oscuro, un asombroso verde, llegué al hotel feliz con mi maleta, Martha me dijo que le debo un souvenir de Charlotte, subí a mi habitación y Tay me llamó para preguntar donde vivo y mi número de habitación, una vez que llegó comencé a sacar mi ropa del armario etc.

- *silva* Vaquero, en serio eres un patriota americano, ¿eres de Oklahoma?

- Ja, no, ¿por qué?

- Pues toda tu ropa es demasiado vaquera, no eres de ¿Kansas o Texas? - negué con la cabeza - ¿Nebraska? - volví a negar - ¿Dakota? Ya sea del norte o sur - volví a negar - entonces habla vaquerito, dime ¿de dónde provienes? ¿De algún set de películas en Los Ángeles? De ese estereotipado medio oeste, tendría sentido que estés salido de Hollywood, tienes todo el semblante de un actor. - después de ese halago me quedé un tanto paralizado, no negaré jamás que ese halago me encantó, mi primera impresión al instante fue una sonrisa y esa misteriosa sensación en el pecho, pero después el miedo me volvió a domar, me sentí extraño con su halago, pero preferí no hacerlo sentir y devolví mi sonrisa -

- Mejor ayúdame con la maleta, no llegaremos nunca a Charlotte jugando  - le pegué levemente en el hombro.

- A sus órdenes vaquero, pero sigue usted sin responder mi incesante pregunta, ¿de dónde proviene usted vaquero? - habló en un tono juguetón.

- Tennessee, mi estimado.

- Me hace sentido aunque en serio creí que eras de algún lado como Arizona o Nuevo México.

- No, soy de Tennessee.

- ¿y por qué de pronto este amor tan profundo a la cultura vaquera, vaquero si usted es de Tennessee y no del viejo oeste?

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