Capítulo 12

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El despertador sonaba y yo solo podía removerme inquieta en la cama. 

- Apaga eso...- me quejé adormilada.

- Ya son las cuatro, arriba. - la voz ronca de Víctor me hizo sonreír, estaba durmiendo de lado y me estaba abrazando, hacia figuras con sus dedos en mi brazo.

Me voltee y abracé su cintura, su piel era suave. Restregué mi nariz en su pecho, deleitándome con su aroma.

- Quedémonos. - le di un besito a su piel desnuda - durmamos un ratito más.

Lo escuché suspirar, y dejar un beso un beso en mi coronilla.

- No, hay que entrenar, vamos. - Hablaba suave, se liberó de mi abrazo y se paró, yo me hice un bollito en las sábanas buscando el calor que él había dejado de su lado. 

Escuché ruido de ropa y me voltee para verlo con los ojos semiabiertos. Joder que buena vista, se había quedado en Bóxer, usaba una tela negra con el slogan de Calvin Klein este resaltaba en su piel blanca.

Se estaba poniendo el pantalón deportivo, y una sudadera sin mangas que me impedía seguir viendo su bonito y apetecible abdomen.

- ¡Buu! Quítatela - le lancé un cojín y el sólo rió. Gateo hacia mi en la cama, su rostro quedó frente a mi. 

- Hoy nos toca algo que te gustó la última vez, ven. - Me dio un toquecito en la frente, fruncí el ceño ante eso- te espero en el sótano.

Junté toda la fuerza que habitaba en mi por la mañana, que por cierto era muy poca y me cambie, cepillé mis dientes, peiné mi cabello, y bajé. 

Víctor ya estaba entrenando, tenía las vendas puestas y golpeaba una de las bolsas. Me quedé viéndolo desde la escalerita, sus bíceps se marcaban cuando los flexionaba y la vena de su cuello resaltaba, las marcas rojas de ayer, se habían puesto violetas, sentí un poco de vergüenza y satisfacción a la vez.

Troté hasta él y me puse a calentar y estirar mientras el terminaba su ejercicio. 


- Golpea aquí. - El tenía la bolsa con su cuerpo y yo perfeccionaba mis golpes. - más fuerte. Eso es. 

- Patea, aquí - señaló y yo lo hice - más arriba, imagina que es a la altura de la cara. - Repetíamos el ejercicio hasta que saliera bien.

Ya habían pasado veinte minutos. Cuando nos subimos al ring.

- Tu objetivo de hoy es derribarme - me miró a los ojos y asentí.

Me acerqué despacio a el y lancé un golpe que el esquivó. El tiró uno a la altura de mi cara, yo me agaché para esquivarlo y lo golpee en el estomago, eso lo hizo doblarse un poco. Lanzó un gancho en mi dirección pero yo lo esquivé yendo hacia atrás.

- La guardia, no la bajes. - me corrigió mientras yo lanzaba una patada a su cara. Esquivó mi pierna empujándola haciéndome perder un poco el equilibrio.  Volví a lanzar un patada pero esta vez a su abdomen. Mi pie entro de lleno y del impacto se fue para atrás. Aproveché su desequilibrio y le barrí la pierna derecha haciéndolo caer de rodillas. 

Sujetó mi pierna y me jaló hacía abajo cayendo debajo del él. Giré mi cadera y pasé mi pierna por encima de él empujándolo hacia atrás en un solo movimiento. Su espalda impactó contra la lona y yo rodé hacia un costado sujetándolo del tobillo, me incorporé y le sonreí mientras lo veía en el suelo. 

- Bien hecho - Extendió su mano para que lo ayudara a levantarse. Se la di pero me jaló y me aprisionó con sus brazos. Rodó sobre nosotros y quedó encima mío. Los mechones de cabello húmedo caía enmarcando aún más su rostro. Metió su cabeza en el espacio de mi cuello y mi pecho y dejo un camino de besos hasta mi oreja. - Ven - susurró.

Sombra RusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora