La luna se encontraba en su punto más alto, cuando el despertador sonó. Como ya era una costumbre lo apagué y estaba por levantarme de la cama para cambiarme cuando los brazos de Víctor me sujetaron con fuerza.
- Buen día - dejé un suave beso en su nariz.- Es hora de levantarse.
- No, quedémonos en la cama - su propuesta me sorprendió.
- ¿Tú... Víctor Kutzenova, me estás diciendo que nos salteemos el entrenamiento? - toqué su frente para ver si no tenía fiebre - ¿Te sientes bien?
Tomó mi mano con delicadeza y la besó, besó mis nudillos y mis dedos.
- Amor ¿Qué pasa? - Era la primera vez que lo llamaba amor pero estaba muy dormida aún como para notarlo, me había salido así y ya. El sonrió y besó la cicatriz rosada de la palma de mi mano.
- Hoy simplemente quisiera quedarme contigo - se sentó en la cama y rodeo mis hombros con su brazo para que yo me acostara en su pecho.
- ¿De verdad?
- Si. - besó mi cabeza.
Debía ser el sábado más feliz de mi vida.
- ¿Tienes planes para hoy? - preguntó.
- No, ¿por qué?
- Tengamos una cita.
Me incliné y lo miré.
- Por supuesto, me encantaría. - sonreí - nuestra primera cita.
- No es nuestra primera cita.- su voz era juguetona.
- Bueno, la primera como una pareja oficial. - besé su mejilla- ¿Tienes algo en mente?
- De hecho si. En tu armario hay un vestido rojo vino, quiero que lo uses.
- ¿Cómo sabes de ese vestido?
- Yo te lo compré. - recordé mi cita con Alex y que el mencionó que Víctor había comprado mi vestido negro también.
- ¿Por que me compraste vestidos? Recién nos conocíamos.
El besó mi oreja y murmuró con voz ronca.
- Me gustaba imaginar que te los quitaría algún día.
- Lo siento, no sabía eso cuando me puse el negro.
- Casi me ahogo en mi rabia cuando te vi usarlo para salir con él. - reí
- Si te sirve de consuelo, ya me sentía atraída por ti en ese entonces y ... - cerré la boca.
- ¿Y?
- En el hipotético caso de que casi me acostara con tu hermano, tal vez se ocasionó porque te imaginé arrancándome el vestido.
- Estás matándome - dijo mientras sus labios dejaban besitos por mi hombro.
- Lo siento.
- ¿Dormiste con él? - preguntó.
- No, casi, pero no.
- ¿Por qué casi?
Tomé su mano y entrelacé nuestros dedos.
- Me sentí mal, porque en realidad quería estar contigo, y sentía que estaba usándolo para apaciguar eso. Pensé que él no se lo merecía.
- Pero si se besaron...
- Mmgh - balbuceé- tal vez deberíamos hablar de otra cosa.
- Que infiel eres - se quejó.
- ¿Qué dices? Si no estábamos saliendo, ni siquiera nos habíamos besado aún.
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Sombra Rusa
Action- Eres un estúpido - Los ojos oscuros de Víctor me miraron de manera disgustada. - Hermano ¿Te gustaría recordarme por qué no puedo apuñalarla?- Quitó sus ojos de los míos para mirar a Alex quien venía con una manta y una taza de té caliente para mí...