Capítulo O3

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Unos cuantos meses después...

JungKook entendía a su padre. Tenía cuatro años soportando su mala actitud, sus groserías y sus faltas de respeto solo porque así lo quería, pero ¿En serio lo mando en autobús a la mejor Universidad de la ciudad? Dios, ¿qué cosas podían pensar de él ahora? Bueno, tampoco es como que le importe mucho, pero está más que seguro que tiene uno que otro chico detrás de él que estudia en esa misma institución.
Aunque tampoco le interesa saber quiénes son porque se supone que él está ahí porque su papá ya se hartó de su comportamiento tan de la mierda qué tiene desde los 17 años. Porque no siendo bastante con estudiar fuera, había cambiado muchísimo su personalidad, su carácter, su forma de pensar y ver la vida, además de su forma a la hora de tratar a su padre. Y no es que le eché toda la culpa a su papá por lo que paso con él durante su internado en Estados Unidos, pero si el mayor no lo hubiese enviado ahí, nada de toda esta mierda estaría pasando.

JungKook sacudió la cabeza negando. Lo que pasó ese día ya no le importaba en lo absoluto porque ahora está en Corea y puede fingir qué nada ha pasado y seguir siendo una mierda con piernas qué disfruta del sexo con hombres mayores sólo porque los de su edad le dan asco. Se acomodo los lentes de sol sobre su nariz y paso su mano por el azulado cabello qué ahora le acompaña e ingreso a la Universidad atrayendo miradas por donde sea que pasará.

Cada pasillo qué Jeon JungKook pisaba se llenaba de miradas curiosas ante el hermoso y cautivador cuerpo qué posee el hijo único de Jeon SiWoon, el camino confiado y la seguridad que el chico demuestra ante todos logra atraer la atención de cuanto estudiante lo mira y le gusta, a Jeon JungKook le encanta crear ese efecto en los lugares que visitar porque sabe perfectamente bien que obtendrá algo muy bueno o gracioso en cualquier momento. Aquí no es la excepción.

─Hola, lindo. ─ JungKook se detuvo cuando escucho la voz de aquel chico y sin quitarse los lentes se giró a mirarle.

─¿Necesitas algo? ─. Preguntó mientras escanea el fornido cuerpo del chico frente a él─. Además de otro pantalón─. Señalo la pequeña mancha y luego sonrió ampliamente─. Hmm, tan triste eso, pero te daré un consejo, la próxima vez que quieras hablarme, procura qué no te la hayan mamado en el baño.

Y sin más se fue. Sonriendo ampliamente cuando las risas quedaron en todo el pasillo y el chico se sonrojaba a más no poder por las recientes palabras del chico más importante de la ciudad. Al llegar a la oficina del director, JungKook se quitó los lentes y ordenó su cabello de forma que cubriera sus cejas perfectamente bien delineadas, cerro su saco gris hasta arriba y acomodó el pequeño y fino listón en su cuello. Se colgó perfectamente bien la mochila y coloco una inocente y tierna sonrisa en sus labios antes de tocar la puerta ser invitado a pasar.

JungKook siempre pensó que su papá tenía puros amigos gordos y ancianos, con canas y grandes panzas qué llamaban la atención, jamás se imaginó qué tuviese de amigo a semejante hombre tras el escritorio.

Park JiMin traía un traje negro con corbata, su cabello estaba peinado hacía un lado y sus facciones de hombre maduro se endurecieron cuando JungKook lo miró. El mayor se notaba bastante serio y perfeccionista, quizás un poco controlador, pero sumamente sexy ante sus ojos. JungKook no evitó morderse el labio inferior cuando el mayor se levantó y se abotono el traje con ambas manos. Un poco nervioso y algo sonrojado se acercó hasta el escritorio.

─Buenos días, director JiMin, soy Jeon JungKook... ─. Saludo el menor mientras estira su mano hacía el mayor.











director jimin › jikook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora