Capítulo 31

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[...] No importa cuánto trate de escapar,

no hay respuesta. Hasta que el sol se duerma, incluso más

profundamente. Realmente quiero saber,

sí, ya he perdido el control [...]

Jungkook ha llegado a pensar en su vida a futuro. Tiene planes acerca de viajar, conocer lugares que su padre conoce, hacerse un tatuaje a escondidas, luego un arete en algún lugar de su cuerpo, fingir qué es alguien diferente al entrar a un restaurante, causar algún problema con sus amigos y luego llorar porque se equivocó. Quiere salir de la carrera, trabajar junto a su padre y después, quizás cinco a seis años después tener una pareja, casarse y tener hijos. Dos es un número muy bueno para él. Quiere a alguien que lo cuidé y que le diga lo mucho que lo ama, que no le importa nadie más que él y que hará cualquier cosa para verlo feliz.

Hay muchas cosas que desea hacer, tanto por conocer y aprender. Tanto por ver, comer y oler. Quiere olvidarse de todo el daño que ha tenido su corazón desde joven, quiere olvidarse de Kim Mingyu definitivamente porque solo así, podrá ser feliz, aceptar que es más de lo que hace. Qué es más que una simple revolcada para tener buenas calificaciones en la Universidad, y qué es muchísimo más que un chico dispuesto a abrirse de piernas para cualquier hombre.

Park JiMin le hace sentir especial, a pesar de tener sexo cada que respiran. Park JiMin le hace pensar que puede tener eso que quiere, una persona que lo quiera, una persona que lo cuidé y qué no le importe darle mimos después del sexo. Qué sepa tratarlo con dulzura, pero que en la cama lo ame de una forma única. Park JiMin lo está haciendo, porque cada vez que se acuestan, Park JiMin lo sabe tratar, lo sabe besar, llenar de amor y comprensión. Park JiMin no es Choi Mingyu, que cuando se entregó a él por primera vez, lo dejó solo en la habitación, se fue después de vestirse diciendo que tenía algo más que hacer.

Park JiMin no lo deja irse, lo abraza y le da caricias mientras lo besa. Lo limpia y hace que duerma cómodamente entre sus brazos. Kim Mingyu solo terminaba el sexo y se iba, solo se satisfacía así mismo y luego salía corriendo, dejándolo solo, sintiéndose, usando después de terminar. Paso un año de ese modo, viéndose por las noches e ignorándose de día. Paso un año entre las sábanas de hoteles de paso con Kim Mingyu besándole. Ya no quería eso otra vez.

Y quizás por ello es por lo que se negaba a estar con JiMin después del sexo. Porque él sabía perfectamente bien que Park JiMin lo estaba consintiendo después del sexo, porque Park JiMin es todo lo que quiere, pero al mismo tiempo es todo lo prohibido. Aunque ahora mismo le jode todo eso.

Kookie... ─ susurra el mayor en su cuello. Jungkook se muerde los labios con fuerza al sentir las manos de Park JiMin en sus muslos, apretándole con necesidad mientras se mueve contra él con tanta experiencia y necesidad, con fuerza inclusive. Puede sentir todo su cuerpo arder, temblar y sudar. Sus piernas ya no pueden más, su corazón está latiendo con tanta prisa que apenas puede respirar y los gemidos qué su garganta expulsa ya le queman. No sabe cuánto tiempo lleva dentro de esa habitación, solo sabe que Park JiHyun duerme cómodamente en su habitación mientras Park JiMin hace lo que quiere con él. Como viene pasando desde hace una semana. ─ Oh, Kook...

─¡Dios! ─ chilla jalando de sus brazos con fuerza. No puede moverlas, no puede soltarse y por más que jala de ellas, no va a poder zafarse hasta que Park JiMin lo quiera. Ya le arden las muñecas, ya le duelen las palmas de tanto que a apretando las manos. Necesita tocarlo, necesita dejar sus uñas marcadas en esa fuerte espalda. Necesita reclamar lo que le pertenece. ─ Suéltame, suéltame, Park JiMin. ─ pide al mismo tiempo que su espalda se arquea y sus pies se deslizan un poco.

─No. ─ le responde el mayor sonriendo. ─ has sido tan maleducado conmigo. ─ JiMin sube sus palmas al vientre de Jungkook y lo delinea con suavidad hasta llegar a su botones. Pellizca uno y muerde el otro sin detener sus movimientos de cadera contra el menor bajo su cuerpo. ─ no vas a tocarme hasta que entiendas con quién te estás metiendo, pequeña puta.

No va a mentir. Es jodidamente excitante cada que Park JiMin dice esas palabras, cada que lo humilla en el sexo y le recuerda que no necesita mucho para dejarse llevar por él a cualquier lugar donde pueda tenerlo entre sus piernas.

─Lo siento. ─ dice mordiendo sus labios. ─ lo siento. ─ repite jalando sus manos y recibiendo más dolor en sus mejillas. ─ JiMin... ─ chilla. ─ más, mucho más, por favor.

JiMin sonríe y lo gira en la cama. Jungkook entierra la cabeza en la almohada al mismo tiempo que el mayor vuelve a entrar en él, los movimientos del hombre no son ni remotamente parecidos a lo dulce o lo suave, son fuertes, salvajes y desesperadas. Son descontrolados y lo sujeta con ambas manos de las caderas para desesperarlo. Jungkook va a desmayarse, va a desmayarse apenas se corra porque ya no puede más. Sus ojos están llenos de lágrimas, su boca está abierta dejando que la saliva escurra de ella y su miembro ya ha liberado semen dos veces. La estimulación demás le está causando problemas, porque ya no puede con todo el placer. Todo su cuerpo tiembla, toda su piel esta sensible y cualquier toque de ese hombre lo hace lloriquear.

─Oh, Kookie... Kookie. ─ gime el mayor con desesperación y se corre en el condón dentro del menor. Su respiración absurdamente errática descansa en el oído de Jungkook y este suspira tan cansado qué ya no puede sostenerse más en sus piernas. JiMin sale de él y después de quitarse el condón, amarrarlo y tirarlo, suelta las muñecas de Jungkook. Él peliazul sonríe sobre la almohada sin poder moverse. ─ ¿Estás cansado, pequeño?

─Sí. ─ le responde parpadeando apenas. ─ me tiembla todo. Lo siento.

─¿Por qué lo sientes? ─ pregunta acariciando la espalda de Jungkook con sus dedos. Park JiMin ama verlo después del sexo, ama ver esos rebeldes cabellos azules desordenados, ama esas mejillas rojas y esos labios hinchados, ama esa expresión de cansancio y satisfacción, pero ahora puede ver algo más. Hay algo en esos hermosos ojos qué le preocupa. ─ ¿Te lastimé?

─No, no. ─ responde elevando sus manos hasta ponerlas debajo de su mejilla. ─ no es nada. Solo estoy cansado. Me corrí tres veces.

─Me estás mintiendo. ─ dice el mayor. Jungkook cierra sus ojos y suspira diciéndole silenciosamente al mayor que quiere dormir, pero Park JiMin lo gira hasta poder estar sobre él para mirarlo. Jungkook niega empujándolo, pero él mayor sujeta sus muñecas haciendo qué Jungkook se queje por el ardor. ─ lo siento, lo siento. No quiero hacerte daño.

─Quítate por favor. No quiero hablar ahora. ─ le dice y JiMin obedece. Se sienta en la cama y mira a Jungkook levantarse. Puede ver cómo le tiemblan las piernas, pero no quiere acercarse y que él menor no se lo permita. No quiere arruinarlo con él.

─Jungkook. ─ le llama y el menor se gira a mirarlo.

─Llévame a casa. Quiero dormir y luego ir a la universidad. ─ le dice recogiendo sus zapatos. ─ no lo pienses mucho, no tiene nada que ver contigo. Tú eres más que genial en el sexo, me encantas, pero ahora no quiero qué me mimes, ni que me beses o que me preguntaste nada ¿de acuerdo?

─¿Por qué? ─ pregunta levantándose de la cama. Jungkook deja que JiMin se acerqué y este le acaricia las mejillas para luego besarlo y tirar de ese hermoso labio inferior. ─ ¿Qué pasa?

─Nada. ─ responde sin mirarlo. ─ no me hagas decirte ahora. No quiero que lo sepas. No quiero que cambies lo qué piensas sobre mí. Quiero que sigas pensando que soy una puta muy fácil...

─Jungkook. ─ interrumpe el mayor negando.

─Llévame a casa ahora. Ya no quiero hablar de nada. ─ dice y se aleja del mayor. Baja las escaleras y abre la puerta de la casa sin detenerse en lo absoluto. No quiere llorar y qué Park JiMin lo vea. No quiere nada ahora. Solo quiere irse, dormir e ir a la universidad. Lo demás puede esperar para él.

Pero JiMin sabe esa actitud tan diferente tiene un solo culpable y ese es claramente Kim Mingyu.











director jimin › jikook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora