director jimin › jikook.

Capítulo 24

─¡Kookie blue! ─ El grito de Park Jihyun dentro del restaurante hizo qué más de uno se girará a ver al peliazul. JungKook sintió las mejillas rojas de la vergüenza mientras miraba a su papá. Park Jihyun salió corriendo de su silla y se lanzó a sus brazos ignorando a todos los demás, ignorando a su propio hermano mayor para poder abrazar a JungKook. Y este no se negó a levantarlo en sus brazos mientras sonríe. ─ Kookie blue, siéntate conmigo.

─Claro que sí, ojitos de rayita. ─ le respondió sonriendo. Ambos, padre e hijo llegaron a la mesa, saludaron a JiMin y se sentaron a conversar. Park JiMin y SiWoon sobre lo que habían hecho desde la última vez que se vieron, mientras que Jihyun le contaba a JungKook qué Na Jaemin había ido a su casa poco después de que JungKook se fuera. La comida entre ellos no se sintió incómoda, a pesar de que JungKook y JiMin le están ocultando algo muy importante a SiWoon, a pesar de que los dos se mueren por besarse y a pesar de todo en realidad.

─Y dime JiMin, ¿cómo le va a JungKook en la Universidad? ─ preguntó el mayor de todos. JiMin dejó la copa de vino sobre la mesa sin hacer gesto alguno y JungKook se quedó muy quieto mirándolo. Le interesa saber que va a decir el director más joven que jamás ha conocido.

─No hay ni una sola queja, SiWoon. Sus calificaciones son muy buenas en realidad, este segundos semestre va a ser excelente, estoy más que seguro. ─ le respondió. ─ no tienes nada de qué preocuparte.

─Me alegra oír eso, JiMin. ─ respondió.

JungKook regresa su vista a Jihyun, pero apenas lo hace, siente la mano de JiMin apretarle la entrepierna. Sus ojos se abren y se atraganta con la comida que acaba de llevar a su boca, haciendo qué tanto SiWoon como Jihyun se preocupen por él, mientras qué Park JiMin lo mira fingiendo sorpresa.

─Kookie blue, come despacio. ─ le dice Jihyun sonriendo. ─ tío SiWoon, ¿puede Kookie blue dormir conmigo hoy también? Es que Minnie tiene una cita más tarde.

─¿Una cita? ─ pregunta JungKook después de dejar de toser. Su padre lo mira sorprendido y JungKook recuerda que JiMin y él no están solos en esa mesa y que, si acostó con él, no tiene ningún derecho de quejarse o exigir una explicación por ello. ─ yo creí que los adultos, después de los 30, ya no tenían citas. Papá no las tiene.

─Yo tengo 42 años, JungKook, JiMin aún es joven, puede tener muchas citas con muchas mujeres hermosas. ─ respondió su padre volviendo a comer.

─No es una cita en realidad. Una de mis primas va a llegar hoy en la noche y planeamos ir a cenar con Jihyun, pero mi hermanito no quiere ir. ─ le responde a JungKook. El menor gira la mirada a Jihyun y este eleva los hombros mientras bebe de su jugo de arándano.

─Ella es mala, tiene unas uñas enormes y su cabello es rubio falso. Siempre me grita y quiere que haga cosas bobas como abrazarla y yo no quiero hacer eso. Yo solo quiero abrazarte a ti, Kookie blue y a Minnie y a Jaemin y al tío SiWoon.

JungKook sonríe. Y vuelve a sentir el apretón en su entrepierna, pero esta vez no hace gesto alguno, ni se queja. Simplemente se muerde los labios fingiendo una sonrisa.

─No lo sé, Jihyun, últimamente pasa más tiempo contigo qué conmigo. ─ responde el mayor. Jihyun hace ojitos tristes ante la negativa y se abraza a JungKook. Mientras que el menor está intentando con todas sus fuerza no soltar un gemido o quejido en esa mesa mientras Park JiMin le acaricia bajo la mesa. ─ JungKook, ¿tú que quieres hacer?

El sudor qué resbala por su frente es invisible ante los ojos de padre. La expresión de placer y dolor en sus ojos pasa muy desapercibida para todos porque ninguno pregunta nada y él siente que si abre la boca la va a cagar en cantidades olímpicas.

─Dinos JungKook, ¿tú que quieres hacer? ─ le pregunta Park JiMin aun mirándolo, pero sin dejar de tocarlo. Y ahora tiene tres pares de ojos mirándolo fijamente en espera de una respuesta.

─Yo... ─ dice, pero entonces el mesero aparece y JungKook aprovecha de quitar la mano del mayor para levantarse e ir al baño. ─ voy al baño.

Empuja la silla y sale corriendo hasta los baños, donde se acerca al espejo únicamente para mojarse la cara y tratar de bajar la calentura qué su cuerpo está experimentando.