Capítulo 6: Pesadillas

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Los sueños empezaron a atormentar a Angel esa noche, pues plasmaban traumas y recuerdos atroces, reviviendo maltratos, golpes, heridas, abusos y algunos gritos de desesperación.

Todo se veía, y se sentía demasiado real, provocando que el albino despierte con la respiración agitada.

—Voltea a ver a su al rededor— Es solo un sueño, solo un sueño....

Al tocar sus ojos, se da cuenta que estaba llorando, encojiendo sus piernas para abrazarlas sentado en la cama.

De pronto, una sombra se materializa entre la oscuridad de la habitación, apareciendo Alastor, con una taza de té para Angel.

Algo sorprendido, Angel levanta la mirada al sentir que alguien lo observa.

¿Al?, ¿Qué diablos haces en mi habitación?— Dice Angel mientras seca sus lágrimas—

Logré percibir un grito, dicen que el té ayuda en estos casos— estira su brazo con la taza en su mano—

—Toma la taza con sus manos, y la ve por unos segundos— Gracias... Espera, Qué haces despierto?, ¿Cómo preparaste el té tan rápido?

Oh, es solo una simple coincidencia, querido— Ensancha su sonrisa acercándose a Angel, para sentarse en la cama— ¿Qué era lo que te atormentaba tanto?

Yo solo, tuve una pesadilla...–pasa su mano por su cabeza, bajando a su nuca—

¿Solo una pesadilla o un tormento de tu interior se manifestó en tus sueños?, Reconozco la agonía cuando la veo— Expresa una mirada perversa—

Tuve algunos recuerdos...—Baja su mirada, con una expresión frustrada en su rostro—

Alastor lo observó por algunos segundos, volteó hacia la nada, y comenzó a hablar con una expresión tranquila.

"Los miedos internos de cada demonio se dedican a perseguirlo, incluso en la profundidad de los sueños. Se divierten del dolor, hasta que el mismo pecador encuentra entretenimiento en el dolor, tomando el control sobre el escenario. Esa, es la única manera de dominarlo, hasta que seas tú quien de la última risa".

El albino lo observó unos segundos tratando de comprender sus palabras, se veía tan tranquilo y atractivo al mismo tiempo, admirando su característica elegancia.

Bien —Se levanta de la cama— Suerte con el resto de la noche, mi amigo. Termina de beber el té y vuelve a tu sueño, los miedos se aburren de jugar si no pueden herirte.—Muestra una sonrisa perversa—

Hm, gracias, Al....—refleja una ligera sonrisa en sus labios, combinándolo con sus tranquilos ojos—

El mayor se acerca al albino, dándole un suave beso en la frente para desaparecer en las sombras de la oscura habitación.

Las mejillas de Angel se tornaron en un hermoso color rosa, aquél demonio había invadido sus pensamientos por completo con el toque de un beso. Bebió el té, recostó su cabeza en la cama y pensó en ese beso hasta que durmió.

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