Capítulo 1

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Cuando el sol comenzó a salir entre aquellas grandes montañas, señalando que un nuevo día comenzaba, una pequeña ovejita de cabellos castaños y ojos de un color miel precioso, preparaba su canastita para ir en busca de algunos frutos rojos para poder alimentar a su pequeño estómago que le exigía comer algo tan rico como un pie de frutos rojos, sus favoritos.

Una vez terminó de hacer su canastita con todo lo necesario para recolectar aquellos ricos frutos, continuo con su vestimenta, poniendo sobre sus hombros una fina capa blanca de ceda que traía un gorrito para cubrir sus orejitas, al ser una fácil presa para cualquier depredador al ser el una pequeña ovejita.

Se encontraba sin protección alguna así que debía de ser precavido y no tardar mucho en aquella búsqueda.

Tomó entre sus delicadas manos el mango de aquella canasta, saliendo de su humilde hogar, dejándolo bien asegurado para que ningún animal aprovechado se vea con el derecho de entrar a su pequeña propiedad que tanto esfuerzo le costó poner en pie.

Cabe decir que él vivía solo apenas con 18 añitos, después de la pérdida de sus padres y al ser hijo único, se vio con la necesidad de valerse por sí mismo, por lo que cuando perdió a sus padres, escapó del pueblo donde había vivido casi dls décadas, se fue sin mirar atrás.

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espués de 30 minutos caminando por el espeso bosque, el pequeño Tae logró encontrar sus frutos favoritos, haciendo un pequeño baile de victoria y soltando pequeñas risitas que escapaban involuntariamente de sus labios de la pura felicidad que tenia, ya que no sabía si su estómago lograría aguantar unos minutos más sin probar de aquellas frutas que lo hacían babear.

Mientras metía las pequeñas frutillas en unos recipientes de vidrio que trajo de su hogar, escuchó pequeños quejidos alto lastimeros entre algunos árboles a unos cuantos metros de sí mismo, cosa que alertó todos sus sentidos dejando de hacer aquella actividad, dejó la canasta en el suelo mientras su pequeña nariz de botón comenzaba a olfatear de que se podría tratar, recibiendo un exquisito olor a "cedro y tierra mojada" uno de sus olores favoritos en la época de invierno en aquel lindo pueblo, su estómago se revolvió ante las sensaciones.

El olor era bastante fuerte, por lo que su inocente curiosidad decidió seguir sus instintos y seguir aquel rico aroma que le estaba quitando los pensamientos.

Cada vez que se acercaba podía escuchar aún más aquellos quejidos, que más bien se escuchaban como leves gemidos ahogados, ¿será que algún pequeño animal indefenso estaba en su celo?

Tae al tener aquellos pensamientos, se imaginó de alguna presa en medio de su celo por qué apresuró sus pequeños pasitos en acercarse al animal que producía aquellos sonidos y aroma.

Grata fue su sorpresa que al acercarse, lo que se encontró no fue un indefenso chiquillo, si no más bien un lobo.

Este estaba con sus ojos levemente brillosos de la excitación y sus azulejos tenían un leve brillo, un bulto se marcaba en su pantalón, al parecer aquel hombre trataba de controlar sus instintos animales a cualquier costo.

little sheepDonde viven las historias. Descúbrelo ahora