Jungkook era un lobo en su etapa de celo.
taehyung era una ovejita inocente que se paseaba cerca de aquel gran bosque en busca de frutos para hacer su merienda favorita del día, siendo su noble eh inocente corazoncito quien confió en aquel lobo, ayu...
el picnic entre ellos había sido completamente un éxito, disfrutaron del agua, se alimentaron bien con la merienda que el castañito había preparado para ambos, una completa delicia.
Sus corazones se sentían plenos, la compañía del otro les causaba paz, les brotaba el amor por los poros, cualquier especie que los pudiera ver, dirían que eran una pareja preciosa.
Pero como su sociedad era tan cerrada, solo los crucificarían, por que ellos no pasaban por algo que su relación ante los demás jamás sería recibida de buena forma, pero a ellos no les importaba, mientras se tuvieran el uno al otro, sería más que suficiente, por que su amor podría contra cualquier problema, verdad?
El destino era tan traicionero, jamás se podía confiar en él o saber que era lo que iba a pasar.
Sólo quedaba rezar y confiar de que todo saldría bien, por que la madre luna cuidaba de sus dos pequeños favoritos.
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- Jiminnie, ya debo volver junto a lisa por que si no me encuentra, me matará - Suspiro con pesadez.
no podían malentenderla, ella amaba a lisa como a su propia vida, pero su vida era su pequeño hermano y ella no permitiría que la rubia le toque un solo cabello a su hermanito.
prefería ella arder en llamas antes de ver a su hermano sufrir una vez más, aún que este no la recuerde, ella entregaría su vida por el castaño, por que eso le enseñaron sus padres, fueron sus últimos deseos.
y ella cumpliría con la promesa que les hizo cuando estos fallecieron.
. . . . . .
- Mamá, papá! Por favor vamos, salgan de allí, Tae tae espera por nosotros! - Las lágrimas corrían por sus mejillas, sus gritos desesprados y desgarradores la llevarían al colapso.
- Jennie! Por favor, cálmate, toma a tu hermano y corran de aquí. - SoAh trataba de alejar a su pequeña hija de las llamas que cada vez eran más grandes.
nadie supo cómo ese formó aquel incendio en la casa, ni como fue provocado, los Kim siempre fueron una familia reservada, cuidadosa y sobre todo educada.
- Escucha a tu madre, cuida de tu hermanito, por favor hija, hazlo por nosotros. - Su padre sabía que ellos no podrían salir de allí pero si sus amados hijos, por que el no les daría una muerte dolorosa como esa.
sin importar quemarse tomo a su hija en brazos y la lanzó más lejos de aquel irreconocible lugar al cual antes le decían hogar.
Su hogar había sido destruido.
Lágrimas de dolor caían por los ojos de la pequeña castaña, su cabeza estaba agacha mientras podía escuchar aquellos gritos desgarradores de sus padres cuando las llamas los comenzaron a consumir, su pecho dolía, su corazón latía con fuerza.
