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Nathalie caminaba al hospital, mientras habla por teléfono con su mejor amiga, Sabine Cheng, tan solo le tomo unos minutos llegar hasta el hospital, una vez allí colgó la llamada y se dispuso a abordar el ascensor, pero en ese instante el personal del lugar la retuvo y la guío hacia la recepción.

─Señorita, necesitan hablar con usted─ comento una joven recepcionista

─Claro, no hay ningún problema.

Respondio la mujer con tranquilidad, en eso la llevaron hasta una habitación, una vez dentro, se encontró con dos inspectores del departamento de policía.

─Buenos dias─ saludo uno de ellos, el que parecía de mayor edad y experiencia ─Tome asiento─ ella obedece sin hablar ─¿Es usted la señorita Nathalie Sancoeur?

─Si señor.

─Usted llamo a emergencias reportando el accidente del señor Agreste, pero no hizo una denuncia formal.  ¿Nos puede explicar la razón?.

─Olvide hacerlo, estuve aquí cuidando al señor Agreste desde el momento que sucedió el accidente─ respondió rápidamente sin claudicar

─¿Que hacía esa noche en la casa del señor Agreste?─ mira a su compañero, Nathalie duda unos segundos en responder

─Fui a hacer algo. . .un recado que olvide─ mintió rápidamente; el oficial le hace una seña a su compañero, este toma algo de un bolso debajo de la mesa

─¿Fue a dejar esto?─ enseña en una bolsa de plástico la carta de renuncia que había escrito y arrojado a Gabriel ─Lo que no entiendo es porque fua a llevar una carta de renuncia acompañada de un martillo─ lo enseña también dentro de una bolsa de plástico ─Sin mencionar que las cámaras de seguridad al rededor de la casa del señor Agreste están vandalisadas para evitar la filmación, y que además al investigarla encontramos que esa misma noche usted rento un auto, el mismo que podría haber sido usado en el hecho

─¡Yo no fui!─ grito, los agentes se miran ─Les juro que no hice nada

─Lo siento señorita─ ambos se levantan ─Pero usted queda detenida

El oficial más joven saca unas esposas y con suma rapidez se acerca a Nathalie, la levanta con brusquedad y le coloca las esposas, acto seguido los dos la escoltan fuera del hospital, mientras ella grita que es inocente.

Nathalie termina tras las rejas, en la comisaría más cercana, mientras continua gritando que es inocente y que debería estar en libertad.

─Señorita no complique más las cosas, mejor cállese, y espere a que le asignemos un abogado─ comento uno de los oficiales que estaba ahí cerca y que al mismo tiempo estaba cansado de escuchar los gritos

En eso, Nathalie cayó en cuentas que no necesitaba un abogado de oficio, rápidamente pidió la llamada que le corresponde después de ser aprehendida, y llamo a la única persona que la puede ayudar, su mejor amiga, y también abogada.

A la velocidad del rayo Sabine llegó a la comisaría, rápidamente pidió hablar con los agentes, estos sacaron a Nathalie de la celda y los cuatro se reunieron en la sala de interrogaciónes, ahí los dos policías discutieron con Sabine, ninguno quería dar el brazo a torcer, ella alegaba que no había pruebas suficientes para detenerla y los oficiales seguían denotando la presencia del martillo, la carta de renuncia y la renta del auto, todo en la escena del accidente.

En eso, el celular de Nathalie suena, los oficiales se enojan porque no lo entrego luego de hacer la llamada, habérselo quedado demostraba una mala actitud de parte de la detenida y hacia que su inocencia sea cada vez menos creíble.

El llamado era del hospital, como no tenían datos ni registros de familiares de Gabriel, la llamaron directamente a ella, tenía que acercarse a la habitación de forma urgente ya que uno de los médicos necesitaba hablarle con urgencia.

─¿Podemos seguir esto en el hospital?─ pregunto Sabine

Los dos oficiales aceptaron y escoltaron a las dos mujeres de regreso al hospital

─Pueden regresar a la estación, yo me ocupo de que mi representada no escape─ menciono la abogada viendo con enojo a los contrarios que las estaban siguiendo como si ambas fueran las criminales más buscadas del país

─No se preocupen, esto es parte de la investigación, asique las acompañaremos.

Los cuatro entraron en el edificio, caminaron a paso tranquilo por el interior, se pararon frente al ascensor, tocaron el botón que da a su llamado, esperaron que las puertas se abran, una vez sucedió lo dicho, abordaron el ascensor, subieron los ocho pisos y salieron de él para dirigirse a la habitación en la que Gabriel estaba.

En la puerta de está como si se tratara de un guardia había un doctor, apenas vio a la mujer la tomo del brazo y se la llevó a un costado, entrando en lo que parecía ser una oficina.

─¿El está bien doctor?.

─Por así decirlo, si. . .pero hubo una complicación─ los agentes de policía se miran ─Hay ciertas personas que no reaccionan a la anestesia como deberían, pueden dormirse durante un tiempo y despertarse. . . .el señor Agreste es una de esas personas

─¿Y entonces?.

─Ahora que despertó nos dimos cuenta que tiene amnesia temporal, seguramente debido al trauma de haberse despertado a mitad de la cirugía.

─No puede ser─ musitó ella

─Asi es, el señor Agreste va a necesitar de un tutor médico de inmediato, debe ser alguien de su extrema confianza, que lo ayude a recuperar lentamente sus memorias, lo cuide y además, no podemos dejarlo aquí, el está médicamente listo para recibir su alta, necesitamos alguien que se cargue de el de inmediato. . .¿usted conoce algún familiar que pueda venir en lo inmediato?

─El señor Agreste no tiene familia─ respondió con temor

─Entonces tendremos que emitir un comunicado oficial para que alguien venga a hacer cargo de el.

Nathalie piensa en sus palabras, nadie podía enterarse de lo que pasó, o la imagen de la marca Agreste se iría al suelo, además también debía deshacerse de las sospechas de la policía y aprovechar para limpiar su imagen, si cuidaba de Gabriel ahora que estaba convaleciente cuando esté recobrará sus memorias no le haría nada, ya que estaría sumamente agradecido.

─No hace falta que haga eso, aquí mismo hay un familiar que se puede hacer cargo de el.

─¿Quien?─ pregunto el médico desconcertado

─La tiene frente a usted─ sonríe con fuerza

¿Que?─ dijeron el médico, los oficiales y Sabine, todos totalmente desconcertados

─Lo que escuchan, aquí me tienen, soy la prometida del señor Agreste─ mira a los oficiales ─Por eso estaba esa noche en su casa, discutímos porque─ hace una pausa y esconde su mirada en el suelo ─Descubri que me engaña, entonces fui a renunciar y terminar nuestra relación, el me dijo que se iba a suicidar si lo dejaba y quiso tomar el martillo que ustedes tienen, yo lo tome antes y salí corriendo, el me llamo y en eso escuché un sonido raro cuando regrese lo encontré arrollado en el suelo, me asuste mucho, y por eso no supe cómo explicar lo que pasó─ hablo rápido y al terminar llevo su ante brazo a sus ojos y fingió llorar 

─Esto es una gran noticia, nada mejor como la persona más cercana a el para ayudarlo en su recuperación─ se levanta ─Vamos señorita, es momento de ir a ver al señor Agreste─ la toma de la mano y ambos se van de allí

─¿Prometida?─ cuestiono el agente de policía con más años en el trabajo

─Quien diría que es su novia. . .no lo parecen─ acotó el más joven, quien aparentemente  era un aprendiz

─Ya escucharon a mi amiga, ahora retiren los cargos y pónganse a investigar enserio─ bufo Sabine muy enojada

Los dos policías sonrieron nerviosos y después de una disculpa se retiraron de allí, ahora Sabine se dirigía hasta la habitación de Gabriel, para ver el espectáculo que su amiga había montado.

Miraculous: ¿Novia O Secretaria?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora