Moral of the Story | [Itafushi]

I

[Mi Presente]

Mi nombre es Megumi Fushiguro, tengo 26 años, soy un hechicero de grado especial y actualmente soy profesor en la escuela de hechicería en Tokyo junto con mi mejor amiga Kugisaki Nobara y otros más.

Existen hombres que pueden tener hijos de su propio vientre, no es algo extraño en el mundo, ya que estos casos, a pesar de ser muy pocos, se han dado desde hace mucho tiempo, se cree que esto fue a causado por una maldición de hace cientos de años. Y para mi suerte o mala suerte, soy uno de ellos.

Diría que mis días son normales como cualquier otro adulto de mi edad, claro que quitando el hecho de que exorcizo maldiciones y soy un hechicero; todos los días me levanto temprano para llevar a mi hijo de 8 años a la escuela, después de eso me dirijo hacia la escuela de hechicería e imparto clases a mis alumnos de primer año. Me mandan a misiones especiales para deshacerme de maldiciones, acompaño a mis alumnos a sus propias misiones y los ayudo a mejorar como hechiceros.

Solo tengo tres alumnos, Maiko Zen'in, la única chica del grupo, y los otros son Takahiro Nishimiya y Ryohei Okkotsu. Maiko es la discípula de Maki Zen'in, Ryohei es su hijo y Takahiro es hijo de Momo Nishimiya.

El día de hoy me encuentro entrenándolos en el patio de la escuela.

–Fushiguro-senseiii, ya me cansé de estar bajo el sol. –Maiko se estaba quejando.

–Sí sensei, además no he comido nada.

–Eso es culpa tuya Takahiro, te dije que comieras.

–Pero Ryohei, si comía seguramente ahora mismo estaría vomitando. –Takahiro le estaba haciendo un puchero a Ryohei.

–Dejen de distraerse mocosos, estamos en pleno entrenamiento, si quieren ganarse su descanso primero tienen que darme un golpe. –Dije seriamente.

–Ehh??!! ¡¡Fushiguro-sensei!! ¡¡Eso es imposible!! –Maiko y Takahiro dijeron eso al mismo tiempo y se pusieron a hacer berrinche, a veces pienso que los dos comparten la misma neurona en su cabeza, ellos dos siempre han sido muy extrovertidos, mientras que Ryohei es más introvertido, pero siempre se divierte con las estupideces de sus amigos, ahora mismo él solo los miraba con diversión.

–Bueno ya qué, si queremos descansar tenemos que atacarlo, ¿o no? Maiko, Ryohei. –Terminó de decir Takahiro para después voltear a ver a Ryohei con una gran sonrisa, se escuchó la afirmación de los mencionados, y los tres se pusieron en posición de combate.

–Cuando quieran. –Les dije con una sonrisa.

Una hora después.