Parte #2

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James, tras planear su plan, esperó a que todos en su manada estuvieran dormidos para así escaparse por la ventana e ir al bosque con su amada luna nuevamente. Lamentablemente, al llegar, no la encontró, así que la buscó por todos lados hasta encontrar a ese ser mirándolo escondido en los árboles.

-¡Luna! ¡oh, es un gran placer verte!

Dijo James mientras que la luna permanecía en silencio mientras lo miraba seriamente.

-¿Luna? ¿No te alegra verme?

-Eres realmente molesto, bestia.

Dijo la luna con una mirada de seriedad y molestia mirándo a James.

-Ah... me llamo James, no bestia.

-Tks, como sea

Luego de decir eso, la luna volteó y continuó caminando

-¡Luna! ¡espera!

Gritaba James mientras se arrodillaba

-Luna, ante ti suplico que me dejes ser tu fiel servidor y seguidor. Quiero venerarte, como un hombre lobo quiero nombrarte como mi luna.

La luna no dijo nada al respecto y se acercó al hombre lobo, notandose la gran diferencia de temaño. El ser lo cargo en su mano y lo miró de arriba a abajo confuso.

-No entiendo como quieres eso sabiendo el gran peligro que corres.

-Conosco el peligro en el que estoy, pero me ariesgaré solo por tí, luna.

La luna solo lo miraba y lo bajó con cuidado dejándo al hombre lobo en el suelo. La luna caminó hacia un lago y se paró en medio de este extendiendo su mano indicando que James fuera donde él.

-¿Quieres que vaya allá...? Yo no se nadar, pero haré mi mejor exfuerzo...

Tan pronto James puso un pie en el agua, este no se undió, al contrario, parecía como si estuviera caminando sobre el agua.

-¿Uh? ¿Qué es eso, luna?

James al levantar la mirada para ver a la luna, quedó hipnotizado con el brillo de esta, era más intenso, más blanco y brillante que nunca. Las pupilas del hombre lobo se dilataban al ver ese brillo tan hermoso. Hipnotizado, comenzó a caminar sobre el agua hasta llegar donde la luna.

-Luna, estoy aquí... estoy para servirte y ser tu fiel seguidor...

-Morirás de una forma horrible.

Dijo la luna con un tono aterrador y con una voz gruesa.

-Si para servirte debo morir, entonces lo haré...

La luna soltó una pequeña risa antes de ver como James comenzaba a undirse en el lago.

-¿¡Luna!? ¡Luna! ¡yo no sé nadar! ¡ayudame! ¡Luna!

Mientras James suplicaba y gritaba por ayuda, la luna solo lo miraba sin hacer nada dejando que este se unda en el lago.

James, bajo el agua, veía como el brillo de la luna de alejaba indicando que esta lo estába abandonando para que muera ahogado.

Cerró sus ojos y quedó completamente inconciente bajo el agua.

𝘓𝘢 𝘭𝘶𝘯𝘢 𝘧𝘢𝘭𝘴𝘢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora