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Advertencias: segunda parte de Kilig, por lo tanto, para entenderla, debes haber leído previamente esa historia. Fooligetta.

Kaled soltó un gemido

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Kaled soltó un gemido.

Apretó su mano contra su boca, avergonzado por completo mientras Lucas, sobre él, sonreía perversamente, como si disfrutara el verlo así, todo sudado, desnudo y colorado.

―Bastardo ―murmuró en voz baja.

Lucas se rió, frotando su nariz contra su cuello, y ambos miraron hacia la puerta cuando fue abierta.

Owen se quedó quieto, observando a los dos mayores en la cama, obscenamente desnudos y sin lucir asustados por haber sido descubiertos en pleno acto. Las feromonas que Kaled soltaba no tardaron en llegar a su nariz, sintiendo de pronto calor en su cuerpo.

―¿Necesitan... privacidad...? ―preguntó, tratando de lucir impasible, aunque fallando miserablemente.

Lucas soltó una risa ronca, volviendo a agarrar la cintura estrecha de Kaled y tirando de él, penetrándolo un poco más profundo. Kaled dejó salir otro gemido, su goteante miembro erecto y duro contra su estómago.

―¿No quieres unirte? ―preguntó Lucas con tranquilidad―. La boca de Kaled está desocupada y Kaled ha estado maldiciendo toda la mañana porque se acabó su leche de plátano.

―¡Sa-sabes que yo... me pon-pongo de mal humor si no... no te-tengo mi le-leche...! ―chilló Kaled, antes de jadear por la nueva embestida.

Owen mordió su labio inferior, viendo el lío que eran los dos chicos frente a él, y tragó saliva mientras sentía su propio miembro duro en sus pantalones, sin saber qué hacer. Por sobre todo, porque si se acercaba, significaba tener su primer contacto sexual.

Sí, Owen era un chico virgen, pero no tonto: cuando se sentía caliente, por supuesto, se masturbaba en la oscuridad de su habitación, y nunca antes tuvo contacto de ese tipo con otra persona pues le avergonzaba un poco. Sin embargo, ahora con Kaled y Lucas follando delante de él, sentía la necesidad de desnudarse y permitir que hicieran lo que quisieran con él.

―Owen te dará tu lechita, ¿no es así, Owen? ―gruñó Lucas, sonriéndole.

Owen fue para conversar sobre ellos sobre el viaje, pero bueno, siempre podía hacerlo después.

Caminó, observando al omega lloriqueando, y abrió la bragueta de sus pantalones. Las manos de Kaled lo agarraron de la playera, atrayéndolo, antes de atrapar su ropa interior y bajarla lo suficiente como para sacar su polla ya erecta.

Soltó un jadeo bajo cuando la mano de Kaled envolvió su miembro, húmedo por el líquido preseminal, y el omega lo miró con ojos grandes y expresivos. Parecía fingir una inocencia dulce, que contrarrestaba enormemente con el hecho de que estuviera siendo follado por dos alfas.

Yuanfen ║FooligettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora