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Advertencias: segunda parte de Kilig, por lo tanto, para entenderla, debes haber leído previamente esa historia. Fooligetta.

Lucas estaba batallando con Kaled, cuando Owen despertó al recibir un golpe en una de sus piernas

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Lucas estaba batallando con Kaled, cuando Owen despertó al recibir un golpe en una de sus piernas.

—¡Owen! —lloriqueó Kaled, tratando de impedir que Lucas lo sostuviera de los brazos—. ¡A... ayuda...!

—¿Qué ocurre? —preguntó confundido, con su voz ronca por el sueño.

Lucas gritó al recibir una mordida en su mano, el omega gruñendo entre quejidos.

—No quiere tomarse el anticonceptivo —explicó Lucas—. Su omega quiere un bebé, pero yo sé que Kaled no está hablando en serio, y tengo que obligarlo cada maldito celo a tomarse la pastilla para que no quede preñado.

—¡Bebé! —exigió Kaled, tratando de girarse y escapar del agarre del alfa—. ¡Quiero bebés!

—¡No, no los quieres! —bufó Lucas—. ¡Vamos, Owen, ayúdame! ¡Sostenlo de los brazos!

—¡No! ¡No! —sollozó Kaled al ser agarrado por el alfa menor—. ¡Malos! ¡Malos!

Lucas agarró su mandíbula, obligándolo a separar sus labios, y puso una pastilla en su lengua, tapándole la boca para impedir que la escupiera. Kaled terminó tragando la pastilla entre llantos, y Owen se sintió mal al escucharlo llorar de forma desquiciada.

—Quiero mis... mis bebés... —hipó el omega, tocándose el estómago.

—Ya, Kaled... —comenzó a decir Owen, queriendo calmarlo—, más adelante... ¡AH!

El omega lo mordió repentinamente en el hombro, enfurecido.

Lucas tiró del chico, empujando una almohada en su boca para que no mordiera a nadie más, y Kaled abrazó el cojín, sollozando sin control alguno.

—No le creas —dijo Lucas al ver la expresión de Owen—, está fingiendo porque espera que le demos bebés con su llanto.

Las lágrimas de Kaled se detuvieron. Lucas sonrió con burla.

—¡Los... los mataré...!

—Kaled, no seas malo —regañó Owen, antes de recibir un golpe de la almohada—. Vamos, ¿te calmarás si follamos entre nosotros?

No sabía de dónde sacó la valentía para decir eso.

Kaled los miró con sorpresa, con sus mejillas coloradas y ojos brillando, y asintió con ferocidad.

Lucas observó a Owen. Owen observó a Lucas.

El menor levantó sus manos.

—Sólo bromeaba...

—¡No, no! —gritó Kaled, enderezándose—. ¡Follen! ¡Follen!

—¡Creaste un monstruo! —acusó Lucas.

Yuanfen ║FooligettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora