Advertencias: este es un extra que, creo, muchos han estado esperando. Transcurre unos años después, tiene mucho fluff y amor. Espero que les guste.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
A Vegetta le gustaba mucho cuando Foolish jadeaba sobre él, con sus manos agarrándolo de la cintura, y el placer terminaba de recorrer su cuerpo.
—Dios, Veyitta —murmuró Foolish, jadeando—, por dios, ¿estás ya satisfecho?
—No —se rió el omega, soltando un maullido bajo por el esperma llenándolo. No es como si se preocupara de quedar embarazado otra vez, pues ambos se habían operado, después del nacimiento de Dylan, para no tener más hijos—, más, más...
Foolish gimió, cansado y agotado. Era increíble, pero a pesar de sus celos, Vegetta seguía actuando como un cachorrito necesitado de atención y mimos. Aun con treinta y siete años, sus celos seguían fuertes y salvajes. Foolish ya no tenía las fuerzas para manejarlo.
Para su propia fortuna, el omega pareció quedar satisfecho por el momento. Mientras se acomodaba para dormir a su lado, prendió la televisión y puso una película con la que entretenerse hasta caer dormido.
—... boda... —escuchó que murmuró Vegetta, y Foolish le dirigió una mirada antes de voltearse a la película, una historia de humor romántico en donde los protagonistas se estaban casando—, boda...
—¿Pasa algo, bebé? —le preguntó, bajando el volumen de la televisión.
Vegetta lo miró con sus ojos brillando. Parecía un poco risueño, probablemente por el orgasmo, y a Foolish se le hacía muy bonito con esa expresión.
—Boda, boda —repitió, cantarín—, una boda para mí...
—¿Veyitta? —Foolish parpadeó, desconcertado—. Mi bebé, ¿quieres una boda?
—¡Sí! —Vegetta se rió, antes de bostezar—. Boda para los dos...
Foolish no preguntó más, pues Vegetta lo abrazó y cerró sus ojos para dormir, usándolo como su peluche personal, como hacía siempre en las noches. A Vegetta le gustaba mucho eso, abrazarlo con fuerza y acurrucarse a su lado, y Foolish jamás ponía reparos para eso.
Volvió su vista a la televisión, pensativo, mientras comenzaba a acariciar el cabello del omega y oía sus ruiditos de gusto.
La verdad sea dicha... Cuando ellos retomaron su vida juntos, en mitad del embarazo de los trillizos, Foolish le preguntó a Vegetta si quería casarse con él en una ceremonia sobria en el Registro Civil. El omega lo pensó un momento antes de negarse, diciendo que no era necesario un matrimonio entre ellos, pues consideraba que todo lo que vivieron juntos era más significativo que una boda. Foolish jamás volvió a preguntar y Vegetta no sacó ese tema a colación otra vez.
Sin embargo, no pudo evitarlo, y pensó también en ese dulce y alegre omega que conoció. Lo ilusionado que parecía por tener una boda, como se hizo cargo de los preparativos y la forma en que organizó todo. Por supuesto, esos planes se vieron arruinados por todo lo que ocurrió después, pero... ¿pero no era injusto que Vegetta nunca hubiera tenido su boda soñada?
