Capítulo 15

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El día era soleado y caluroso, pero no se notaba por la cálida brisa que soplaba.

Estaba en nuestro árbol sentada junto a Lucía mientras ella en una mano tenía un libro y en la otra tenía mi mano entrelazada acariciando mis dedos.
Mientras ella leía le daba vuelta a las hojas torpemente con una mano para no soltar la que tenía entrelazada y yo no hacía nada simplemente estaba recostada en el árbol mirando como la brisa golpeaba y movía las flores o hacía volar las hojas que las seguía con la vista hasta que cayeran al suelo y se perdieran en el pasto.

Me estremecí un poco cuando ella acarició las heridas de mi muñeca.

-Sabes - dijo cerrando el libro y miro hacia adelante - Siempre que una persona trata o piensa terminar con su vida, dicen que no son lo suficientemente valientes para hacerlo - la miré - Pero yo creo que es al contrario, son lo suficientemente valientes para seguir luchando, que a pesar del dolor no se rinden - me dio una gran sonrisa - Esas son las personas más valientes - me quedé mirándola sin decir nada simplemente viendo como los rayos del sol que se colaban por las ramas del árbol iluminaban su cabello rubió.

-Te adoro Monjita - le dije jalandola hacia mi con la mano que aún teníamos unidas y la abracé quedándome todo su lindo cabello en cara como siempre olía a manzanas verdes.

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La semana terminó de pasar muy rápido y el sábado llegó muy rápido, pase todas las tardes con mi bella monjita a excepción del viernes que la entrenadora no nos dejó salir por ningún motivo después del entrenamiento hasta nos llevó la comida hasta nuestros cuartos y así se aseguraba también de que estuviéramos ahí.

El juego inicia en un poco más de una hora voy bajando por las escaleras de camino a los vestuarios, a cambiarme para calentar y los últimos detalles del partido.

Hay varia gente por todo lado ya sean estudiantes, maestros, familiares de las que estuvimos aquí o las del otro equipo.

Bajó corriendo las escaleras por qué como siempre voy tarde, quizás por la Biblioteca sea más rápido llegar, terminó las escaleras y de un salto me dirijo a mi atajo.

-Cristina - escuchó detrás de mí, me detengo en seco y veo a mis padres saliendo de la dirección - Hija ven - me decía mi madre, estaba algo nerviosa yendo hacia ellos.

-Hola - les dije cuando los tenía enfrenté.

-Hija, que gusto verte - mi madre no me dejó ni responder cuando ya me tenía abrazada entre sus brazos, yo me quedé como una estatua sin moverme.

-Hija cómo te trata la vida - dijo mi padre al cual solo puede sonreírle ya me estaba quedando sin aire - Ya sueltala querida que se está poniendo morada.

-Jaaa - suspire cuando al fin me soltó - Que hacen aquí ?- les pregunté cuando el aire volvió a mis pulmones.

-Te dijimos que íbamos a venir ya que sabíamos que ibas a jugar hoy.

-Y que podíamos venir - intervino mi padre.

-Bien, pero me tengo que ir, de hecho ya voy tarde.

-Claro, claro hija ve.

-Mucha suerte.

-Claro, nos vemos - le dije y salí corriendo a toda velocidad por el pasillopasillo. En la biblioteca había mucha gente que esquivar, cuando estaba por la cafetería escuche mi nombre lo que me hizo detenerme en seco otra vez,  mire atrás pero no vi a nadie.

-Quien seas no tengo tiempo para esto - dije mirando a los lados y retomando mi camino.

Pero en medio de mi camino sentí como algo me jalaba de un lado haciendo que entrara en un sucio clóset.

Será Nuestro Pecado✝️ TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora